viernes, 25 de septiembre de 2015

Marinero que se fue a la mar y mar y mar...

Digo, ¿Quién no recuerda sus bellos años de infancia (y no tan infancia, sino ya adolescencia) jugando a las palmadas, mientras se cantaba la copla de Marinero que se fue a la mar y mar y mar...aver que podía ver y ver y ver, lo único que pudo ver y ver y ver, fue el fondo de la mar y mar y mar...
   ¡Qué recuerdos esos de la infancia (si, de cuando los dinosaurios aún andaban sobre la faz de la tierra, dirá más de uno)! No, ésos juegos no se encuentran en ningún app y tampoco se juegan con el smartphone, sólo cantando y usando las manos.

  Y quizá se preguntarán si ya me dio mi ataque de vejez, pero no, o al menos, no EXACTAMENTE y ustedes ya leerán...

   Holanda, país de tulipancitos y molinitos de viento... siii, pero también es un país de mar, muuucho mar... ok, no tanto, porque el país, per sé, es chiquito, muy chiquito, pero el gusto, amor e historia de Holanda por el mar y sus barcos es INMENSOS. Digo, fue gracias al negocio y los viajes (así como la piratería y oras tácticas no tan amables), que Holanda llegó a su Siglo de Oro, por allí de 1600.

   Pero más allá de querer darles una lección de historia que ustedes quizá no andaban buscando, baste decir que en Holanda los barcos son importantes en la vida de los holandeses, sea como forma de intercambio o como plazer. Y para demostrarlo, cada 5 años se lleva a cabo un evento del cual pienso hablar en esta ocasión: De Sail

   Desde 1975 durante algo así como 5 días, se reúnen cerca de 600 barcos de todos los tamaños y nacionalidades. Los cuales entran en un gran desfile uno a uno por el canal Noord Zee, hasta el río Ij para permanecer varios días en Ámsterdam (durante los cuales hay música, juegos mecánicos y claro, la vista de los barcos).

   Para mi suerte, yo llegué a vivir a Holanda, un mes después de que había pasado dicho evento (la vez pasada), por lo que mi marido me dijo este fin de semana pasado ( el 22 de agosto): ¡Vamos!

   Y pues bueno, aunque yo vivía muy cerca de la costa (unos 40 kilómetros), allá en Sinaloa, México; jamás aprendí mucho al respecto, por lo que me pierdo en eso de saber cual es babor, estribor, proa o popa... Nada. Sin embargo, mi marido en algún tiempo de su juventud, quiso estudiar para marino y a la fecha, le siguen emocionando esas cosas.
   A pesar de que en esta ocasión De Sail comenzó el día 19 de agosto (aunque se podía ir al puerto de Ijmuiden desde el día anterior), por el trabajo de mi marido, nos fue imposible ir hasta el sábado.
   Así, el 23 de agosto, después de un rico almuerzo mexicano, mi marido me recordó del evento y como el clima (raro, pero cierto) estaba deliciosamente soleado, nada frío, decidimos hacer el viaje en tren, en parte porque las mismas autoridades lo recomendaban, ya que la cosa iba a estar, dijeron, poblada (sin mencionar que una amiga me dijo "Cobran 26 euros por estacionar tu automóvil").
   Ir a Ámsterdam significa siempre que nos vamos a topar con mucha gente, digo, no importa la hora, los turistas andan por las callejuelas. ignorando las reglas de las bicicletas y siendo casi (y algunas veces literalmente) arrollados por caminar en la ciclovía (carril de las bicicletas). Pero en esta ocasión fue más, o sí, muuuucho más. Pero como yo ya me lo preveía, simplemente me aguanté... hasta que que de pronto frente a mi... Un barco.
   Sí, ya sé, iba a éso, pero no iba preparada a ver semejantes barcos... tantos barcos.

A continuación, les dejo un video que encontré en Youtube, donde se puede ver (en alta velocidad) la llegada de los barcos durante el primer día, todo en tan sólo poco más de 3 minutos:

   Acaso, en esta ocasión el blog sea más de las fotografías que yo tomé  y no tanto de una descripción, para que ustedes se hagan su propia idea...






    Mientras los barcos grandes  se mantenían amarrados y recibiendo gente para recorrerlos, cientos de pequeños (Y no tan pequeños) botes iban y venían por el río y los canales adjuntos, haciendo la fiesta tanto dentro, como de los mismos.
  IKEA!!! Mmm, no exactamente, pero sí, SUECO.




Y como canta Marc Antony: Se armó la gozadera!


¿Se acuerdan que les dije que había muuucha gente? 


   Al llegar la tarde, algunos dijimos adiós a los barcos en un atardecer, por demás bello. Otros le sieguieron a la fiesta, porque a las 10:30 se cerraba al espectáculo con Juegos pirotécnicos. Por cansancio  (y porque mi mariado debía ir trabajar muy temprano al día siguiente), nosotros emprendimos la graciosa huída a casa, felices de lo ya visto.



Anexo algunas fotos (éstas no son mias, aclaro) de lo que fue el espectáculo en la noche.