sábado, 8 de marzo de 2014

Juntos, pero no revueltos...

   Y en mi rancho dicen que no es lo mismo andar juntos que revueltos y ahora verán por qué lo digo.

    Resulta que hace tiempo me puse a planear mi próxima visita a mi rancho (Culiacán, Sinaloa, en México), tierra famosa a nivel internacional (lamentablemente) por el narcotráfico, pero para mi, el terruño que me vio nacer y al cual quiero con el alma...

   Cuando decidí ir de vacaciones/regreso a mi rancho, mi CASA, tomar la decisión fue muy sencilla, rápida y sin cuestionamientos (cuando menos para mi).Después de dos años de ausencia, yo estaba más que segura de querer volver a mi terruño. 
- Ok, ¿cuándo es la mejor fecha para ir?- Me pregunté
-¿Que tal si vamos en Agosto?- De pronto escuché la voz de mi marido contestando a lo que yo había creído había sido una pregunta mental, no, mi marido no me había escuchado mis pensamientos, sino  que yo había realizado una de mis ya típicas pláticas conmigo misma, en voz alta.
-¿Agosto?- A veces me cuesta regresar de mis pensamientos, más cuando se trata de mi rancho.

   Un brote de risa comenzó a generarse en mi pecho. -¡¡¡Cosita!!- pensé. Porque ir en agosto es como decidir visitar el infierno, nada más por gusto, creyendo que eso va a ser acogedor.
Así se siente Sinaloa en agosto.
    Y aunque no era la primera vez que lo hacía, traté de explicarle a mi marido que, aunque parece que no hay un holandés que crea en calores insoportable, ni sol arrasador; temperaturas de más de 40 grados no son parte de mis planes vacacionales. La ida es, a más tardar, abril.
- No importa que haga calor en agosto, nos estamos unos días en Culiacán, pero el resto del tiempo nos vamos a recorrer México...
- A ver... no, espérame- De pronto me di cuenta que la cosa iba pintando un poco... bueno, mal. Y ahora verán por qué.

   Salir de vacaciones con tu amorcito puede sonar como las mejores vacaciones. Digo, ¿quién no quiere estar con el amor de su vida, tomando el sol, mientras se recorren las exóticas calles de Turquía o los bellos templos en Grecia? ¡Es divino! 
   Pero para mi, como para muchos de los que emigramos, ir de regreso a México es más que simplemente IR de vacaciones, es is a VER a tu madre, padre, primos, tíos, sobrinos....la familia, la terruño. Y allí es donde tuerce el rabo la puerca (como dicen en el rancho para hablar de que va a haber problemas), respecto a viajar con tu amor. Claro, puede sonar insensible o falto de amor de mi parte , pero esto es una cuestión más grande de lo que pudiera parecer (Y van a ver por qué).

   Cuando te casas con un extranjero (o alguien de fuera de tu rancho) y te vas a vivir con éste, la ausencia de meses o años, duele mucho en el corazón, por lo que regresar es ir a estar con los tuyos, es el apapacho grupal, así como regresar a la cultura a la cual perteneces (¿O habrás de decir... perteneCÍAS? mmmmm ¡severo caso!). Mientras que para tu pareja es la oportunidad de conocer, de viajar, de disfrutar turisteando... Y la posibilidad de llegar a un punto intermedio es... bueno, difícil.
   Porque sin Don Isaack Newton tenía razón, un cuerpo no puede estar en dos lugares al mismo tiempo, por lo que TU no puedes estar con la familia y andar de pata de perro por la República Mexicana. Mmmmmm, severo tu caso...
   ¿Qué quiero decir? Sencillo, que mientras tu quieres estar en la sala, con tu madre, platicando, descansando y disfrutando su presencia, tu pareja quiere andar cual Indiana Johnes, recorriendo y conociendo nuevos sitios.
   Pero imaginen pagar casi (o más) de MIL EUROS (a más 18 pesos el eurito...saquen sus cuentas señores), para estar sentado en la sala de tu suegra/ familia política... por al menos UNA SEMANA (ya no se diga 4 semanas, que era mi plan de viaje). Sabiendo que allí están las playas, las montañas (ohhh si, eso enloquece a un Holandés), el SOOOOOOOL (recuerden, los holandeses parecen que fueron, en vidas pasadas, iguanas del desierto).
   No, para uno el otro (o para ambos), esta disyuntiva se vuelve básica (y ya no se diga cuando hay hijos adolescentes).
   En muchos de los casos se aplica la regla de "El que paga manda" y como tu pareja puede ser quien tenga el chirrión por el palito (el mando), a veces (Y repito A VECES), terminas visitando/viendo a la familia un par de veces y el resto del tiempo sirviendo de guía turístico.
   Además, al comentar ésto con algunas amigas (que también son extranjeras, aunque no todas mexicanas), respondieron que a ellas les pasaba IGUAL y con una sonrisa en los labios terminan diciendo:
- Lo que tu digas amor.- Entonces, dejaré la pregunta... ¿Qué tanto pueden acordar y que tanto otros simplemente ceden, en pos de llevar la relación en paz? La respuesta... cada uno la tiene, ¿No creen?
   Cuando le expliqué a mi marido que él podía ver a su mamá cada vez que se le antojara, ya que ella estaba a tan sólo 30 minutos en auto, mientras que la mía tomaba más de 10 horas y 10 mil kilómetros, él me respondió amoroso:
- Tienes razón, ya iremos juntos el año que viene.

   SÍ, ya comienzo a escuchar (o mejor dicho, a leer) a todos aquellos que van a decir:
-Habla por ti misma, porque yo si puedo (o Nosotros podemos).
-Se trata de ACORDAR y ser flexible - Me van a decir y yo estoy de acuerdo, porque realmente creo en eso de llegar a acuerdos y ser flexible, pero en este respecto los sentimientos son claros y la verdad YO no encontré otra forma de arreglar el problema más que con la idea de juntos, pero no revueltos. Es decir, que somos pareja, pero bien podemos tener vacaciones separadas.

   En esta idea de viajar o no juntos, no entra los viajes imprevistos, como fue el caso de una de mis amigas mexicanas, quien tuvo que viajar en calidad de urgencia, sola, tras la muerte de su padre. Ya que a veces estos viajes se deben realizar en completa soledad, debido a los precios casi impúdicos de los boletos de avión. Las urgencias, al final, se cuecen a parte.

   Así, los boletos se compraron y tan sólo quedaba la espera. Y lo que fue una decisión tomada de la forma más Salomónica (partir el niño en dos), comenzó a pelearse con la emoción.
   Primero, por el bombardeo de preguntas y cuestionamientos de las amistades...
-Pero ¿CÓMOOOO??? ¿Vas sin tu marido???- La cara de sorpresa, cual si de pronto me saliera otra cabeza se dibujaba en la cara de mi interlocutor. Muchos REALMENTE me veían con ojos de desaprobación, aunque yo no les hubiera pedido su opinión.
- Si, ¿Por qué no? No es justo de otra forma.- Y de allí venía a veces la explicación que ya les dije, porque algunos no quitaban el dedo del renglón hasta escucharla.
-No, la verdad no- Y eso zanjaba la cuestión o al menos, así lo creía.

   Ir de regreso al rancho que te vio nacer (y escuchó tu primer grito) significa, además de hacer maletas (lo cual es bastante engorroso), comprar o conseguir los regalos.
¡Ohhh si! Regalos y más regalos, con la eterna disyuntiva: Cuántos y Cuáles son suficientes, contra cuánto dinero puedes y debes gastar (sin desbalancear el presupuesto familiar).
La gran familia mexicana
   Mamá, papá, hermanos, cuñados, cuñadas, sobrinos... Ayyyy la GRAN familia Mexicana (no, no es como en Holanda que sólo hablas de dos o tres personas, por lo regular), sino de hasta 10 o 15 personas (nada más los allegados), haciendo la lista más larga que la cuaresma (aprovechando que andamos por esas fechas). Así, asignas uno o dos (o tres o cuatro) días para las vueltas tontas: tiendas y más tiendas, gastos y más gastos.
   Cuando mando paquetes con regalos (lo cual hago o trato de hacer una o dos veces por año), la situación es más sencilla la situación, se tiene más tiempo para buscar, para pensar y encontrar aquello que viene bien a cada uno. Ahora, lo que es un tierno viaje de regreso a tus raíces, se vuelve el horror de las compras navideñas (sin importar en qué fecha lo hagas).
   Hay el deseo de sorprender, de gustar y hacer feliz a cada uno de tu lista de regalos, mientras te devanas los sesos en dicho proceso. Por un lado sabes que tu simple presencia es más que suficiente para hacerles feliz, pero el deseo de dar, aunque sea un detallito, fue en mi caso, más fuerte.

   Al final, después de circo, maroma y teatro, la maleta pudo cerrarse...
- ¿¿¿Pero qué tanto llevas en la bendita maleta??? ¿Acaso no hay piedras en Sinaloa?- Es lo que dijo mi marido mientras se subía en la maleta para ayudar a cerrarla.
   Lamentablemente (para eso de cerrar maletas, claro está), mi marido es bastante flaquito, por lo que debimos intercambiar posiciones y yo usar lo que hace famosas a las Sinaloenses para cerra la maleta (mi cabús).
- El regalo de.... - y de allí viene otra vez la larga lista, no, no es que tu amorcito quiera escucharla por enésima vez, sino que te ayuda a NO olvidar a nadie.
   Pero ¿qué creés?? SIEMPRE hay alguien que olvidas (o que termina con un regalo demasiado chiquito) y siempre hay algo que vas a dejar en casa y que debiste empacar (el cargador de la batería de la cámara o alguna lindura por el estilo).
   Y con eso de que las aerolíneas SÓLO permiten que lleves 23 kilogramos de equipaje... termina traduciéndose en que TU llevas una tanga, dos calcetines y cuanto dulce, Stroop Waffle y dulce cupo en la bendita maleta... Ya te prestarán ropa o te la comprarás, ya que piensas, te saldrá más barata que allá (dígase Holanda).
   Además, debo (está bien, no debo, pero aún así lo voy a hacer), confesar que tengo problemas con las piyamas... siempre las olvido. ¿La razón? Ni idea, pero invariablemente debo buscar alguna camiseta y shorts entre los triques de mi madre.

Impresindibles en TODA maleta que llega de México
   ¿De regreso? La maleta irá a punto de reventar, llena de chiles, sabritones, miguelitos, salsa Valentina, paletas y gomitas enchiladas, escuincles (los dulces, no los niños), salsa verde, roja, chipotles y rajas, todo para "aguantar" el año venidero (hasta la siguiente visita al rancho) o de plano, para la venta y solventar algunos de los gastos que "tuviste" que hacer allá en el terruño.
   Ahhh y en los primeros regresos es casi de rigor que te llevas la prensa de las tortillas (busquen las de aluminio, porque las de hierro forjado, como la que mi mariado tuvo que pelear en el área de seguridad del aeropuerto son MUY pesadas) y el comal (es que eso de usar la sartén se vuelve muy engorroso a la segunda vez que lo intentas.
   Así, los días se van acercando y el corazón no sabe para dónde hacerse... brinca entre el júbilo y la tristeza profunda. Entender que el mismo suceso puede generar AMBAS reacciones, es entendible, quizá sólo por quien ha vivido lo mismo, se sufre de corazón dividido. Sufrirás y gozarás por la ida y por el regreso, porque tener tu pareja holandesa es estar juntos... pero no revueltos.

lunes, 3 de marzo de 2014

...Ni tanto que no lo alumbre.

   Lo sé, lo sé, no necesitan decirme que lo que dije sería una semana... fueron varias. Pero es que no me dí el tiempo. Y digo no me dí, porque uno siempre dice que no TUVO, cuando sólo se trata de acomodarse cuando y como se pueda, pero bueno, luego les contaré a Santo de qué me he demorado estos días. En fin, pues vamos a lo que nos trajo...

   Como les decía, cuando voy a la reunión de mi familia política, a veces siento que sólo me faltan las plumas y la lentejuela, por eso de ir super arreglada (o mejor dicho, vestida fuera de ocasión), pero la verdad, una vez que intenté ir más a la "europea" (es decir, con la cara lavada), decidí ese día que, por primera vez seguir el estilo, diciéndome ¿Por qué no?
   Así, me eché encima mi perfumito (ahhh ya les dije que soy muyyyy Sinaloense y los perjúmenes son IMPRESINDIBLES) y sonriendo, tomé mi bolsa para salir. Al pasar frente al espejo a la salida de la casa, vi el reflejo de mí misma con esa gran sonrisa de quien se atreve algo increíble e impensable, por lo que pegué tremendo grito cual si hubiera visto al mismísimo monstruo de Alien a punto de atacar, cuando vi el reflejo de mi cara sin maquillar.

- Ayyyy no,no,no. Yo no puedo- Y enseguida me dí la vuelta corriendo y me puse un poco de color en las mejillas y mi capa de rimel en las pestañas. -¡Soy demasiado Sinaloense como para ir sin maquillaje!- ¡Juro que dije eso!!!

   Y es que si me vieran cuando recién me despierto, jurarían que no soy un ser humano (me toma tiempo adquirir la forma humana, cuando menos hasta mi segunda taza de café), por lo que debo ayudarle (según estoy acostumbrada) a la naturaleza para evitar hordas de gente histérica huyendo de mí.
   Si ya sé, ya sé, estoy exagerando y tampoco es como si yo estuviera tan fregada, pero como antes dije, las costumbres a veces son tan profundas y fuertes, que puedes no darte cuenta de cuánto lo son... hasta que las confrontas.
   Entonces comencé a fijarme más en las mujeres holandesas. Cada que iba en el tren, en el autobús, mientras caminaba a la escuela, me les quedaba viendo y las analizaba. A veces, las pobres se sorprendían de mi mirada- ¡Acaso creían que las iba a atacar??? Aunque quizá creían que ellas traían (como dicen en México) el frijolazo pegado entre los dientes. ¡Nada! Una investigadora sigue adelante hasta encontrar el meollo del hoyo.
   Digo, es demasiado sencillo decir: lo que pasa es que todas las holandesas son flojas y guandajas*., simplemente NO se arreglan y punto. Pero como dije, eso es muy sencillo y no ayuda a comprender.
 Ya que en principio, también hay las fashionistas, es decir, aquellas que igual sólo les falta colgarse el perico al cuello (y créanme que lo harán siempre que éste tenga la marca Louis Vuitton), que me recuerdan tanto a las de mi tierra y también las "exóticas", dígase de las que traen la cabeza mitad rapada y con el cabellos de colores cual si fueran pez tropical (pero éstas son la minoría, como en cualquier otro sitio).
   Una de las imágenes de la mujer "común" holandesa sería la de una güera (Rubia), con pantalón de mezclilla entubado, camiseta/playera (T-shirt) que llega exactamente hasta abajo de las caderas, la chamarra y sus cochinadas de zapatos ugg (Y yo digo lo mismo Yiuuugggg!!!! que horribles! porque son PANTUNFLAS)
   La imagen no cambia mucho sea primavera, otoño o invierno, la combinación es la MISMA, sólo en invierno se le agregaría la chaqueta (aunque actualmente la moda es que sea tipo plastificado/charol con  acolchado en líneas Y peluche en el cuello/capucha, entre más pelo, mejor,algunas parecen que llevaban su perro a pasear y alguien se los arroyó, por lo que, para no dejar el pobre animal allí muerto, simplemente se lo echaron al cuello. Viendo el acolchado y los pelos, me hacen pensar en chorizos con pelos (otra vez, Yiiiukkkk!!!)
   Como si el perro al cuello no fuera suficiente, la holandesa se cuelga algo que en una época fue bufanda, pero que en la exagerada de las cosas en la moda, se ve cual si fuera un collarín de esos que te ponen después de un accidente, para inmovilizarlo...
   ¿¿¿El color???? NEGRO, GRIS y más Negro!!! rara vez va a ver algo de otro color. Digo, hace tiempo fui a una tienda a buscar una mascada para una amiga colombiana. Yo pensaba en algo colorido: Rojo putánico, Azul ayyy caramba, Amarillo friégame la retina (ya saben, colores muy a la latina) y  de ser posible, hasta con flores o estampado que te haga sentir feliz, tropical... pues nada: Gris, beige y negro, más negro NADA MÁS es lo que encontré. Y cuando pregunté a la mujer de la tienda, se me quedó viendo como si le hubiera pedido serpientes o escorpiones: 
- ¡Ayyyy no! Gris y Negro es el color de la temporada!- Y se alejó tan pronto como pudo.
- Pero ese es el mismo color que hubo el año pasado y el antepasado y el anterior!!!- Fue lo que pensé.
   Nada, terminé comprando un anillo estilo plata, porque los colores me parecían taaan tristes.
    ¿Y así no quieren tener depresión invernal? Digo, nada como una explosión de color, estilo bomba a la Walt Disney para alegrarte el día cuando el sol lleva sin salir una semana. Pues nada, solo gris y negro.
   Cuando mencioné que la playera llega hasta la cadera... es hasta la cadera, al punto que venden en las tiendas una especie de bandas para el cabello que se ponen bajo la playera (si estas es corta) y que sólo sirve para cubrir esa zona... 
   ¿El resultado? Emmm, bueno... ¡¡¡NOP!!!
   A veces veo subir al autobús jovencitas adolescente sin una gota de maquillaje... que dentro de los cánones de belleza occidental son BELLAS. Y repito, acorde a los cánones occidentales (muy sujetos a cuestionarse, definitivamente).  En el sentido de que son RUBIAS (ohhh gran cosa, casi todas lo son en esta parte del continente), ojo azul (Ohhh bueno, lo mismo) y flacas (ok, el paso de niña a mujer casi siempre se da de la nena que parece palo caminando a la de una mujer, es decir, más redondeada, pero a veces sin aumentar gran cosa el peso).
   Lamento decirlo, pero no hay gran diferencia entre ellas, a veces me parece que sólo las fotocopian (o clonan) y las dejan en la escuela, a menos que se trate de una chica turca o de Surinam, quienes son más asiduas al brillito y color, muy al estilo de mi rancho.

   Ccuando veía a las chicas de mi rancho, desfilar por los pasillos de la universidad, a veces me preguntaba porqué ellas llegaban casi a "torturarse" poniéndose ropa increíblemente incómoda o tan poco favorecedora de la figura. Como esos pantalones hiperapretados que se usaban y que colgaban, cual alpinista, de la punta de la nalga, o ese frente en los pantalones que siempre estaba a punto de marcar un "Fuera de lugar", igual que en un partido de Futbol.
   SIn embargo, si les preguntabas a las muchachas, éstas me contestaban que eran de lo más cómodos (creo que no se daban cuenta que a mi me parecían padecer el baile de San Vito por lo de las jaloneadas de la ropa). En fin, esos diseños, creo yo, sólo acentuaban la parte más problemática de la latina: su cadera, ya que, como ya dije ¡vaya que tienen! Mientras que respecto al departamento de pompas, nachas y nalgas en las holandesas... déjenme decirles que sus pantalones sufren de depresión crónica, por la vida tan vacía que llevan. ¡Ayyyy que tristeza!

   La moda suele ser europea y pide el tipo de la holandesa: mujeres flacas, muy flacas, rubias de ojos azules, que se pueden colgar el saco de harina vacío y seguirán viéndose bonitas y delgadas. Y las holandesas jóvenes tienen buenas piernas... porque no se les han roto a pesar de lo flaquitas que están. Y si acá las chamacas tienen hilitos por piernas, las latinas parecen langostas, por eso de que tienen toda la carne en.... bueno, ya saben.

   Algunas holandesas, al igual que los chicos, llevan sus pantalones de bebé con el pañal usado...
   ... Si, esos cuyo tiro (altura de la entrepierna) llega hasta las rodillas o más abajo, deformando la perspectiva del cuerpo humano, recordándome esos perritos que tienen el cuerpo de un perro normal y grande, pero las patitas de perro chihuahueño. La juventud, sin importar en qué parte del mundo occidental se encuentren (y muchos de otras partes) pretenden demostrar su autoconfianza con el seguimiento de modas incomprensibles (y a veces, antiestéticas).
   Una vez, estaba con mi marido cuando veo un chico holandés con tal tipo de pantalones a punto de subirse a una bicicleta (transporte tan típico holandés). Mi curiosidad fue tal que simplemente me quedé parada en el lugar:
-Cómo demonios va a andar en la bicicleta con tal pantalón-Pregunté a mi marido.
   Y de pronto, antes de abordar su bicicleta, el muchachito jaló los pantalones a la cintura normal, levantó la pierna y abordó su bicicleta...
-¡Sencillo!- Dijo entre risas mi marido.
-¡No pos si!- pensé yo.

   Y regresando a la idea de las reuniones y mi sensación de que voy cual payaso de circo, comentaré que, cuando iba a una de mis primeras reuniones no-familiares, con una gran amiga colombiana, recuerdo haber buscado mi vestidito de verano, unas sandalias coquetonas y un maquillaje de monja recatada (según los estándares de mi rancho), veo llegar a varias holandesas en la peor de las fachas (según el Sinaloa way of life), con los pants de estar en casa (NO, no fueron que acababa de ir al Gym), chancla de plástico (de esas de pata de gallo que usas cuando vas a las albercas públicas) y los pelos como se "acomodaron" la noche anterior en la almohada (Ohhh si, he visto más de una con tremendo almohadazo y a veces, casi casi las telarañas, ya que el peine rara vez se ha visto en esos lares).
- Si eso te causa impresión, fíjate que se la pasa agarrándose los pies-
- Si, ¿y?- Ok, me parecía de mal gusto, pero bueno, eran sus pies, así que no puedo decir que incomodaran a alguien más que a ella misma
- Y que luego se pone a manosear las papitas y los cacahuates, para que la final los demás terminen comiéndose la mugre de sus patas.
-¡¡¡GUÁCALA!!!- Ayyy pero de sólo acordarme me sigue dando asco.
- A ellas les vale un cacahuate eso de arreglarse, van con la misma ropa con la que andaban ese día- Y así mi amiga acapulqueña cerro el tema de la ropa.- En fin, cada que voy a una reunión, me fijo a ver si esto era cierto y he de decir que no siempre van en ropa de casa, es verdad que para las reuniones no suelen acicalarse tanto como las latinas solemos hacer.
   Digo, al punto que con tan sólo ver su vestuario no puedes determinar el tipo de reunión que se está realizando (Y lo digo por la reunión de despedida antes de la eutanasia de mi vecino, donde la discusión con mi marido iba de cumpleaños, boda o Sepelio).

¿Alguien dijo Barbie Malibu?
Y bueno, aunque la "mayoría" (dígase que hablo de las que YO he visto) tienden a ignorar los maquillajes, otras de ellas han encontrado un gusto... bueno, exagerado (por no decir enfermizo) hacia el bronceado, sea éste yendo a los baños de sol (Usando luz ultravioleta) o ya de plano a "pintarse" la bronceada.
   Y digo baños de sol, como clínicas o camas de rayos ultravioletas, ya que acá no se puede el clásico  "Acapulcazo en la azotea" -dígase de tirarse al sol, cual lagartija del desierto, en la azotea de la casa- debido a la falta de días soleados, los cuales son casi inexistentes.
   ¿El problema? que la blancura de la piel de algunos de ellos es tal, que tras los baños UV, la piel simplemente se ve ROJA, semejando langostas gigantes, en busca de su mantequilla  u otros casos donde la pintura quedó tan "poco natural" que quedan totalmente anaranjados, pareciendo muy bien Zanahorias caminantes, lo cual no encuentro sensual, a menos que alguien sea lacanofílico (amor obsesivo por los vegetales).

   Así, tratando de tener una visión neutral (o intermedia), en mi caso, trato de seguir el dicho:
   "Ni tanto que queme al Santo... Ni tanto que no lo alumbre". 



  






* Desordenado, mal vestido.