Recuerdo esos primeros paseos que dábamos mi marido y yo por la calle. Aún los seguimos haciendo (cuando el cima lo permite, claro está), pero ahora solemos ir más en nuestras cosas, nuestra plática, muy como los holandeses suelen ir. Entonces yo iba más viendo el entorno, mi nuevo entorno y las características del mismo (claro, al mismo tiempo iba registrando las diferencias con las del rancho).
Poco a poco, comencé a darme cuenta de un factor en común de las casas... Ventanas. Ok, ok, antes de que comiencen los tomatazos diciendo que TODAS las casas tienen ventanas, pediré un poco de tiempo para explicar lo que vi: Grandes ventanas abiertas y sin cortinas, que mostraban la casa de lado a lado...
De pronto asocié las casas a lindos y hermosos acuarios con peces tropicales en su interior, quienes no se dan cuenta o simplemente ignoran a quien pasa por frente de su pecera, digo, casa... Viendo tv, cenando, cocinando, o simplemente sentados en la sala... Puedes ver TODO.
Para que entiendan más la enorme diferencia que ésto significaba para mí, déjenme comentarles que en mi rancho, cuando alguien por fin consigue su casa, una de las primeras cosas que hace es poner bardas. Grandes y altas bardas de ladrillo o block de cemento. Adelante y atrás de la casa NADA se vé, ni un poquito. Luego? ponen techo tanto en el frente como en la parte de atrás de los patios, convirtiendo la casa en una laaaaaaaarga cueva donde no entra la luz.
En Sinaloa, el sol es asociado con el calor (¡wow, qué descubrimiento! si en verano las temperaturas llegan fácilmente arriba de los 40 grados... a la sombra), por lo que entre menos entre el sol, menos calor hace... pero tampoco menos viento y más claustrofóbico (según MI punto de vista). Salas de estar donde SIEMPRE se debe encender las lámparas por lo obscuro que está. Nadie puede entrar a la casa, nadie puede ver lo que hay dentro de la casa para que no haya peligro a que te vayan a robar... Túneles o Cuevas.
En cuanto se pueda, ¡va el portón! |
En Holanda no hay bardas altas (ok, hay una que otra casa así, pero ahora hablo del general de las casas), no hay tantas cortinas, aunque a veces si llega a haber visillos (vitrages, como ellos los llaman), de telas muy vaporosas, que dan un mínimo de intimidad.
Cuando se lo hice notar a mi marido, me vio algo extrañado:
- Y para qué querrías tapar la ventana?- Me vio sorprendido mi marido.
-¿Cómo para qué? Para que no te miren- Contesté algo que me parecía más que lógico.
- Pero si tapas la ventana, tapas la luz. Además, la gente no le interesa voltear a verte.- Él seguía sin comprenderme.
Si, comprendo claramente que en un país que tiene tantos días nublados y días invernales con muy pocas horas de luz (cuando se pone obscuro a eso de las 4:30 y aclara a las 8 de la mañana), las ventanas grandes son una buena opción para que entre la luz a las casas. Lo que me fue sorprendiendo es que yo era capaz de ver hasta el fondo del patio de la misma casa... TODO y que no les importara a quienes vivieran allí.
Ok, ok, ok, no todas las casas están sin cortinas, he visto que no se trata de ausencia de cortinas, o falta de presupuesto para hacerlo, sino que simplemente mucha gente no se molesta en cerrarlas una vez que llega la noche. Tiempo atrás un amigo alemán me dijo que a este tipo de casa le llamaban see through (qué tan cierto fue lo que dijo, no sé) y que había cierto acuerdo tácito entre las personas de no voltear hacia el interior de las casas... Pero ¿Por qué? me preguntaba yo...
Hasta que mi marido me explicó que Holanda, después de la expulsión de los Españoles (católicos), retomó sus tradiciones de Cristianismo Protestante. Y en el siglo XVI, el Calvinismo se extendió en los Países Bajos, donde se planteaba (sólo presento lo leído en Wikipedia) que los hombres son pecaminosos por naturaleza y se debe trabajar fuerte para ganar la gracia de Dios, así se predica que "el que nada debe, nada teme": así, si eres decente, no necesitas esconder lo que haces y por tal, las cortinas vienen sobrando.
Igualmente, hay que recordar que tiempo atrás, las casas no eran construidas una frente a otras, sino que en muchos casos, se trataban de granjas, ubicadas lejos de posibles vecinos, por lo que la necesidad de privacidad (añadido a la creencia moral), hacían innecesarias las cortinas.
Y si se preguntan cómo le hacen con el frío y el ruido, las casas que comenzaron con vidrios sencillos (como tan comúnmente se encuentran en México), fueron reemplazadas por ventanas de dos y hasta tres vidrios en cada ventana.
Uno de los sitios famosos por sus ventanales, al punto de ser uno de los lugares turísticos más visitados y en los que puedes asomarte sin el menor de los empachos, son las ventanas de la zona roja de Ámsterdam, en las vitrinas, donde en su mayoría chicas (yo personalemente jamás he visto hombres en ellas), esperan a los clientes, ataviadas éstas con muy poca ropa, para ejercer la prostitusión.
Debo confesar que, viajar en autobús o en el tren por cualquier calle de holanda, da una gran oportunidad para entrar a las casas y poder imaginar historias sobre la gente que se encuentra dentro de estas casas. ¿Qué será de sus vidas?, ¿A qué se dedican? Cientos de historias diferentes que me permiten abstraerme cuando voy viajando lentamente rumbo a mi casa, mientras veo ...las vidas a la vista.
¡Ahhh1 y antes de que se me acuse de voyeurista o de que estoy diciendo que ésto está mal, SIMPLEMENTE aclaro que ésto fue algo que me llamó la atención y que con el tiempo, te vas acostumbrando, aunque confesaré que yo no he dejado de cerrar las cortinas cuando obscurece, más acaso por mis propias costumbres (buenas o malas), que por temor a que los vecinos me espíen.
Además, parece que no soy la única. porque otra mexicana, amiga mía, JAMÁS abre las persianas de su casa ¿Por qué? Sencillo, porque SUS vecinos son de lo más curiosos, por no decir chismosos, argüenderos. Todos los vecinos se la pasan al pendiente de la vida de mi amiga y sus hijos.
¿Exagerada? Bueno, déjenme decirles que el marido de mi amiga trabaja fuera de Holanda varias semanas al año y en más de una ocasión, cuando mi amiga le comenta algo de lo que ha sucedido en la casa, él le ha contestado:
-Ah, sí, ya lo sabía.-
- ¿Pero cómo lo sabes? ¡si estás en África, por vida de Dios!- Digo, eso hace que cualquiera se sienta paranoico.
-Ay Alba, ¡Imagina si tuviera las persianas abiertas!- Me comentó casi horrorizada.
En fín, quizá ésto es como la pregunta sobre el huevo y la gallina. ¿Será que ella no abre las persianas porque los vecinos son curiosos? o ¿A los vecinos les causa curiosidad porque ella cierra las persianas?...¿Quién sabe?