martes, 7 de junio de 2016

Ser o no ser... Allí está la cosa, chato.

 Hace varios años, mientras andaba explorando esas cosas del internet, como en cualquier ocasión (más seguido de lo que quisiera admitir), comencé buscando algo y terminé donde nadie me llamó, pero también sin poder recordar lo que entré a buscar cuando encendí la computadora...
   Ahora recuerdo que andaba buscando información sobre los papeles necesarios para conseguir la visa de duración media (Mejor conocida en Holanda como la MVV), que es el primer paso en el proceso de migración a los Países Bajos.
  Así, llegué a la página del IND (para quienes no me hayan leído anteriormente, es la Oficina de Inmigración y Naturalización del Gobierno Holandés) y de pronto apareció ante mí la información para convertirse en ciudadano holandés. En esos momentos, Leí la información más por curiosidad, que por necesidad de realizar el proceso. Convertirse en ciudadano holandés... ¿Yo??? ¿Holandesa?
Al principio me pareció broma, digo, quienquiera que me vea, jamás pensará que yo provenga de Europa, mucho menos del país de los quesitos y los molinos de viento. Sin embargo, comencé a pensar en si, en un futuro (cercano o no), yo me volvería Holandesa o no, y allí comencé a hacerme una pregunta bastante Shakespereana: Ser o no Ser? Esa es la cuestión...


 Y disculpen ustedes si no me pongo el cuellito de holanes y agarro el cráneo para interpretar el tan famoso parlamento, pero la pregunta sí se presentó un tanto, bueno, de pensarse. Digo, ya que se esforzó uno tanto en poder estar en estas tierras, la naturalización es como la meta de esa carrera (o más bien maratón).

   Ya sé, ya sé, por un lado van a salir los que dirán:
-TODOS los que se van a los países primermundistas SOLO van buscando ÉSO!!! A lo que simplemente diré: Muchos, pero MUUUUCHOS, vamos buscando OTRAS cosas (estudiar una especialización, encontrar el amor, vivir el sueño de conocer nuevos lugares).
-Hay los que brincarán diciendo: ¡Malinche, Traidora!- Porque eligen solicitar la ciudadanía del país que ahora los cobija.

   Pero en ésta ocasión no me voy a poner a cuestionar las razones que llevan a cada uno a desear y/o pedir la ciudadanía del país al cual se emigra.
  Cuando estaba por irme a vivir a Holanda, hace más de 5 años, leí en una de esas páginas (no me pregunten cuál, que no recuerdo), que los Países Bajos no permitían dos nacionalidades, lo que yo creí que significaba que si yo deseaba ser holandesa iba a tener que renunciar a ser mexicana.
   La respuesta, en mi caso fue rápida y sin mucho por pensar: De ninguna manera. Yo, antes que nada, soy y seguiré siendo mexicana (y después de ésto, se escucha un mariachi entonando el jarabe tapatío y allí comienzo yo con la huarachiza levanta polvo), me dije: me quedo con lo que tengo, que por mucho, es lo que quiero.
   Digo, no es como que me encuentren en mi casa con la réplica del penacho de Moctezuma, o las trenzas llenas de flores a lo Frida Kahlo (con todo y cejas o bigote), pero estoy más que orgullosa de mis ancestros indígenas. Al punto que una vez, en el aeropuerto de Ámsterdam, en verdad me ofendió una rubia (que aunque hablaba holandés, era más que evidente su ascendencia latina) cuando me dijo de la forma más despectiva:
- ¡India! - Las palabras salieron de su boca cual escupida a mis espaldas.
   Me ofendió, ¡Vaya que SÍ lo hizo! pero por usar la proveniencia de mis abuelos como un insulto. Esa vez subí tan molesta por la estupidez de esa mujer que ni siquiera pude contestar, ya que tenía miedo de que si comenzaba, me iba a aventar al cuello de la fulana y al final, me prohibirían viajar. Así, hice mi entripado por varias horas (ohh si, a mí los enojos me duuuuran) y seguí adelante.


   Pero si estás casada/ casado con un extranjero, siempre viene el cuestionamiento de ser abrigada por la nacionalidad de tu pareja, ya que también para la otra persona puede haber el deseo (y por qué no, el orgullo) de que su pareja adquiera no sólo su apellido (en algunos casos), sino la ciudadanía. Pero para mí el amor a mi sangre y el amor a mi mariado (marido) se debatieron cual pleito de gallos... hasta que mi raza habló por mi espíritu (¡ayyyyy que lema de la UNAM salió!). Cuando platiqué con mi marido de que no quería renunciar a mi nacionalidad, secundó mi opinión inmediatamente:
-Te entiendo completamente, porque yo tampoco dejaría de ser holandés, por nada del mundo.

   Puedo comprender que para muchos, renunciar a su nacionalidad, no tiene la mayor importancia en tanto se opta por algo "mejor" (Así me lo han comentado). Sin embargo, para mí es por demás importante. Sí, México estará en muchos problemas; Sí, una gran cantidad de políticos o son corruptos, inútiles o realmente no pueden hacer gran cosa, pero eso no disuelve el amor al terruño.
   Para mí (y para mi marido) la decisión era clara e inmediata, sin embargo, déjenme decirles que varias fueron las veces en las cuales no sólo se asumió que ésa era mi interés (convertirme en holandesa), sino que era mi única razón por la cual estaba en Holanda.
   La primera vez fue en la escuela que, sin ningún empacho, me dijeron que me estaban entrenado para pasar el examen y conseguir el pasaporte. Nuevamente, un año y medio después, cuando me quejé del nivel tan terriblemente bajo que tenía del idioma, me respondieron muy quitados de cualquier pena, que si no pasaba el examen de idioma, bien podía hacer el examen Inburgering (integración) destinado, en muchos casos, a gente que ni siquiera sabe leer (así me dijeron, YO no estoy menospreciando a nadie), para conseguir el pasaporte holandés... ¿Pero quién dijo que YO lo quería?
   ¿La última vez? En un mensaje anónimo que llegó al blog, quien me acusó de sólo "Abrir las piernas". para que me sacaran de la jungla. ¿Jungla? ¿casi en el desierto de Sonora? ¡Ayyy que cultura! y así "Mejorar" mi vida... Mejorar, dijo el... "inteligente".
   Como ya he comentado en otros blogs, parece que para muchos frustrados, el ir a vivir fuera de el país que nos vio nacer, sólo pasa porque renegamos del mismo, que los menospreciamos y que, para terminarla de fastidiar, que sólo buscamos que el gobierno del sitio al que nos fuimos nos mantenga.
 

   Sea por la razón que fuera, viví varios años creyendo que, para convertirme en holandesa debía renunciar a ser mexicana, pero tiempo después, platicando con mi amiga María uno de esos días, ella me dijo poseer ambos pasaportes (el mexicano y el holandés), porque como México si permite dos nacionalidades, podía solicitar mi pasaporte sin dejar de ser mexicanita.
-A ver, no espérame, ¿Cómo que si se puede? Si Holanda no lo permite- Yo la vi con ojitos desconfiados, porque, como les digo, lo leí.
- Pues cuando yo fui, la mujer del ayuntamiento revisó en una lista y dijo que los mexicanos Sí pueden.
-¡¡¡Ahhhhh!!!! NO pues que burra me la vi- Y bueno, si, aunque quizá no tanto (¡oh que la canción!), porque luego me explicó que a ella la trajeron a las vueltas en el ayuntamiento, que si le faltaba un papel, que si le faltaba otro... Que si las personas del ayuntamiento NO tiene ni la más mínima idea.

   Al final, resultó que Los Países Bajos NO permite la doble nacionalidad. PERO hay las excepciones. Entre ellas, para los cónyuges de holandeses. Y antes de que digan, ahhh nada más te casas y ya, tienes visa inmediata y luego la nacionalidad. NADA, si quieres estar junto a tu amorcito, hay que trabajarle y muuucho.

   Fue en medio de este Mambo-Jambo, que viene a enterarme que México es como pegamento de los buenos: No te suelta JAMÁS. Y sí, parece que México es terco, terco, terco (así como una servidora) y dictamina que la nacionalidad es irrenunciable.

   Así, mis ánimos de Juan Escutia, (Niño Héroe que según las historias, se aventó del Castillo de Chapultepec para evitar que el enemigo capturara la bandera), mi actitud estoica de no perder mi nacionalidad fue muy bella, muy teatral... pero nada necesaria. ¡Mmmmm!

   Y antes de que piensen que eso de pedir la nacionalidad es como ordenar una pizza, les recuerdo que para poder permanecer más de 3 meses (hasta 90 días se habla de turista), PRIMERO se hace un examen en la embajada de Holanda, de allí, entras al territorio Holandés y hay que solicitar la visa de 1 año y lkas subsecuentes.

   Sin embargo, después de 3 años de convivencia continua DENTRO de los Países Bajos, los cónyuges de holandeses que cumplan con los requisitos: registro de matrimonio, pasaporte de tu país válido al menos un año más, así como en algunos casos el examen de integración (para aquellos que no provenimos de la comunidad europea, al menos) o el examen NT2 (nivel 1 o 2), más la nunca despreciable cantidad de casi MIL euros; entonces se puede solicitar la naturalización (volverse holandés).


   Tras enterarme de que NO se necesitaba renunciar a mi nacionalidad, nuevamente, la pregunta Shakespeariana volvió a la mesa de mi casa ¿Ser o NO ser??? Y ¿De a cómo es la cuestión???

5 comentarios:

Adriana dijo...

Me encantó tu artículo!! Yo tengo los 2 pasaportes, siempre supe que se podía pero no lo hice hasta después de 9 años. Para mi no es ser holandesa, nunca lo seré, simplemente es un papel que era necesario pero ni el inburgering ni nada puede convertirme en Holandesa JAMÁS!!!!

Elízabeth Manjarrés dijo...

Pues yo ando igual de Shakespereana y nada que saco nada en claro :(
Pero me reí de lo lindo leyéndote, como siempre :)
Gracias!

Anónimo dijo...

Yo tengo el mismo dilema, pero estoy en Italia, tampoco queriendo renuncir a la nacionalidad mexicana, no me he siquiera informado de debo hacer a poco mas de 4 años por estos lares.
Casada, sin trabajo, ni los 1,000€ pagar o no pagar, ese es mi dilema. Te sigo y me gusta como escribes

Alba Salgado dijo...

Ines comentó:
Felicidades por tu blog y todos tus acertados comentarios. las personas odian por naturaleza reconocer el lado obscuro de las cosas.solo quieren enfatizar lo bonito, lo ideal. ¿y sabes que? lo ideal no existe, el optimismo exagerado es falta de realismo y objetividad. Cuando quieras te cuento mis malas experiencias en mis 10 años de vivir en españa. Tengo trabajo, marido que me ama e hijo precioso, pero no soy feliz. sobrevivo dignament eso si..jajaja. un beso.
No publico su mensaje directamente porque agregó su mail y tratando de respetar su intimidad, me lo reservo.

Anónimo dijo...

hola, aún no vivo en holanda, pero hay planes con mi novio holandés de hacerlo en un año... me he quedado por 3 meses en dos ocasiones, por ahora estoy aqui, pero pronto regreso a méxico... sí extraño aún sabiendo que regresaré, no quiero saber cuando sea definitivo... tengo 3 amigas mexicanas viviendo aquí y eso lo hace más fácil, y de la comida... he hecho enchiladas rojas, suizas, chilaquiles, tacos, guacamole, carne en su jugo y consigo muchos productos de la tienda toko tjins en amsterdam o kelly shop en la haya... no se en que parte estén ustedes, pero es lindo saber que méxico está cerca cuando lees cosas así, saludos!!!