martes, 11 de diciembre de 2012

Las cuatro estaciones y no de Vivaldi...


El hermoso clima holandés... sus nubecitas, el sol, los molinos y la gente sonrriendo....

  Eso es lo que uno ve en las fotos y postales de los Países Bajos... Bueno, alguien debería de demandarlos por publicidad fraudulenta. No me creen? Pues vayan a Google images, pongan Holanda y verá...Molinos, tulipanes, canales, gente sonriente, todos con sol, mucho sol.
   Y como dijo Tintán: Puras cábulas!!! Porque aquí el verano dura apenas uno o dos día, entre los días lluviosos durante los meses de Julio y Agosto... Y nada más. Su bendito clima tropical es cuando llega a 30 grados centígrados y eso ocurre... uno o dos días al año.

   Para comenzar a hablar de mi encontronazo con el "hermoso clima holandés" y para que terminen de entenderme, acaso deban de saber que soy Mexicana (¡iii 'ñooor!), Sí, casi todo el mundo sabe que su clima es considerado completamente tropical, que normalmente dice uno ¡ayyy rico! ¿Si? Eso se refiere mayormente a la zona centro y sur del país, porque para aquellos que viven en el norte del país, saben que de rico tiene.... NADA.
Atardecer en Sinaloa     por Alba Salgado
   Ahhh ¿me quieren acusar de que me quejo de nada? ¿"Mariquita uyuyuy"? ¡Pues no! Ya los quiero ver con una temperatura promedio (Y repito, PROMEDIO) de 40 grados centígrados A LA SOMBRA. Esto significa que al rayo del sol, deben agregarle algo así como otros 10° (50° en total), más otros 10 que es como el cuerpo lo percibe ¿Y dentro del automóvil? Como dirían en mi rancho: Pior!.  El año en que vine a Holanda llegó en mi tierra, uno de los días de verano a 49°, por lo que hasta partes de mi cuerpo que no sabía, estaban sudando (no sean malpensados, me refiero a los ojos).
   ¿Lo mejor de todo? No es el sitio más caliente en la República Mexicana, si no me creén, pregúntele a la gente en Hermosillo, Sonora o a Ciudad Juárez, Chihuahua, entre tantos, tantos otros sitios (ellos si deben estar diciéndome mariquita y acaso a ellos les permito la burla, pero nada más, ¿ok?). Dicho clima, visto desde los ojos de un holandés no es clima tropical, hablamos del infierno.  Con mucho cariño, la gente de mi racho dice que allí sólo hay dos estaciones: Verano... y la del tren, y esta dejó de servir para pasaje hace más de 20 años. Pero a todo se acostumbra uno... menos a no comer. Y al calor... te acostumbras. O como dicen allá: te aclimatas o te achichingas.

   Recuerdo que en Marzo pasado (2012) le llevé a mi madre unos zapatos que conseguí acá en Holanda. Finos y muy bonitos (para que no me salgan que eran chanclas de a 3 pesos del tianguis, nop, éstos eran de lo más nice, digo, eran para MI MADRE, así, con mayúsculas y todo). Los zapatos fueron recibidos como todo lo que le doy a mi madre:
- Ayyy no te hubieras molestado, están de lo más bonitos. Muchas gracias. - Y no importa si es algo que me costó un euro o más de 100, siempre es el mismo diálogo.
   Cuál sería mi sorpresa (y la de ella también), cuando me salió a hacer las vueltas tontas (así llamaba una amiga a tener que ir a hacer los pagos de servicios, como Agua, luz y teléfono) y vio cómo la suela de sus zapatos se estaba DERRITIENDO sobre el pavimento de la ciudad!!! (¿Ahora quien es la mariquita, Ehhh, Ehhhh???).
    Ese, mis nunca bien ponderados, es el clima al que yo estaba acostumbrada... Sol, mucho sol. Y así que llego a Holanda, buscando mis imágenes de postal... y me vengo a dar cuenta de tremendo fraude publicitario! Fraude! regrésenme mis entradas! Voto por voto, casilla por casilla! (Uyyy, disculpen, me emocioné).
   Era el mes de octubre cuando llegúe a Holanda y en mis manos llevaba una chamarra, la única que poseía, cuando arribé en el aeropuerto de Schipol (Amsterdam). Como podrán imaginarse, alguien que vive en un clima como el Sinaloense, posee pocas  (si no es que NINGUNA) ropa de invierno, y, porque soy de lo más extremista, tenía una chamarra bastante ligera que había comprado años atrás, cuando estuve en Alemania... Y nada más.
Foto por Alba Salgado
   En menos de 24 horas pasé de 37° a 15° C, por lo que mi cuerpo presentaba las consecuencias de tal contraste. Así, semana a semana me tocó ver cómo el termómetro perdía 5°C, mientras mi ropa se volvía poco a poco más inservible para este clima. ¿Playeritas sin manga? Adiós! ¿falditas coquetonas? Doei! (Nota para quien no hable holandés: se pronuncia Dui y significa adiós informal, al estilo gringuito del bye)
   Mi marido, como buen holandés, adora ir a caminar... a la playa, a las dunas, al bosque, menos a ciudad y a las tiendas (como buen hombre). Así que cuando me dijo vamos... yo ya estaba arriba del carro antes de que si quiera me dijera a dónde (me doy de rogar para salir, ¿se nota???). Pero como nueva habitante de Holanda, me llevó a Zaanse Schans, muy cerquita de Amsterdam y de mi casa, donde hay casitas tipo antiguo y molinos de viento. Todo muy bonito, divino (o como diría una amiga "¡Cositas!").
   Cuando bajamos del automóvil, me di cuenta que aún cuando habíamos salido estando medio soleado, las nubes ya habían tapado el cielo y el viento comenzaba a aumentar.
- Ayyy, como que hace mucho viento, no?- Comenté por iniciar la plática, porque la verdad el viento no sólo me había hecho arrepentirme de llevar el pelo suelto, sino que amenazaba con quitarme la pashmina.
Zaanse Schaans                       por Alba Salgado
- No realmente- Al principio creí que se burlaba de mi o que nada más quería llevarme la contraria.
- Bueno- Y otra ráfaga de viento volvió a aventar los cabellos que recién había quitado, de regreso hacia la cara.
   Bella la nueva holandesa (dígase yo), caminando por las casitas rumbo a los molinos de viento, mientras sentía que el aire me empujaba por detrás, permitiéndome estar parada casi en diagonal por la fuerza el viento.
   Una gota, dos... Oh Cielos! Comenzaba la lluvia con gotas enormes de agua increíblemente fría. El pensar en abrir el paraguas era prácticamente imposible, porque el aire azotaba por un lado, luego el otro y giraba otra vez. Abrirlo seguro significaría terminar con el paraguas volteado, inservible y con el problema de volver a ponerlo correctamente. No, la situación pedía emprender la huida rumbo a la primera casa, molino, tienda o museo que se encontrara... Y así fue el resto de la salida: viento, lluvia, frío y por momentos... sol.
   Llevo poco más de dos años por estos lares y es fecha aún de que no le sé leer al clima de aquí. Se ve soleado, pero en cuestión de minutos se nubla y termina en la peor tormenta que te puedas imaginar. Por lo que debes salir casi casi con maleta en mano: lentes obscuros en caso de sol, suéter y bufanda para el frío, rompevientos para los ventarrones, así como paraguas y botas en caso de que se suelte tremendo chaparrón TODO el mismo día!
   En las noticias dicen: próxima semana soleado y templado... el resultado? FRIO y lloviendo. Aunque a veces le atinan (más cuando dicen: FRÍO). Pero bueno, si me hubiera puesto a pensar un minutos antes de venir a este pais, me habría dado cuenta de un detalle: Los molinos.
Detalle de Molino
por Alba Salgado

   Si, si, si, son muyyy bonitos y le dan un toque di-vi-no a las fotos que haces, pero si te preguntas el por qué, comprenderás. Para aquellos que sean mexicanos les diré que Holanda deja a Pachuca, sonrojada de vergüenza por lo poquito viento que hace. Si, la ciudad conocida como "La bella airosa" ofrece poca o nada de competencia a los vientecitos que se pueden levantar por estas zonas (o como dicen en mi rancho "¿con tan poquito pinole te estás ahogando??").
   Por lo que, desde los siglos 16 y 17, los holandeses los han aprovechado (Y sufrido), con las aspas del molino. Tremendos vendavales hacían mover el mecanismo del molino y así  ser usado para moler granos (cereales, especias, etc), pero también para mover cierras para cortar madera o para sacar el agua de los lagos, arroyos y canales para crear los polders: lagos que son secados y luego convertidos en granjas, sembradíos y hasta en aeropuertos (Schipol fue hace siglo un lago).

   Y no sólo se usó en esos siglos, actualmente se pueden encontrar los molinos o turbinas de viento como parte normal del panorama. Con éstos, se produce una muy buena cantidad de energía eléctrica que se consume en el país. Aunque haya quien, como mi marido, no les gusta el aspecto que dan a las costas o el entorno, pero bueno, ya están allí y ni llorar es bueno, o si???
   Acaso por la experiencia de los años en que viví en mi tierra (también viví en la Ciudad de México, para quien crea que jamás salí de mi rancho bicicletero), me acostumbré a pensar que, una vez pasada la mañana, SIEMPRE la temperatura subirá a medio día... si??? Pues piénselo de nuevo!
    Era el mes de enero cuando salí temprano en la mañana a mi curso de holandés, la temperatura había sido de unos 5 grados centígrados, pero bueno, el pronóstico era que subiría un par de grados... Sin embargo, durante la pausa de las 10 de la mañana, mientras estábamos en el exterior cual pollitos tratando de tomar el poco sol que lograba colarse por entre las nubes... la temperatura cayó más rápido que piedra en pozooooooooooooooooo.
   De pronto, eso que estaba viendo no podía ser, digo, según mi mente la temperatura subiría a unos 10 grados, pero mis ojos me mostraban algo imposible para eso: lindos y hermosos copos de nieve, blancos como la conciencia de un niño chiquito (no la mía porque esa está de los más cochambrosa!) que caían lentamente, como si fuera una de esas esferitas llenas de agua que agitas y ves como un material blanco va cayendo.
Zaandam en invierno                  Foto: Alba Salgado
   En dos horas, la nieve había cubierto todo con un manto bastante grueso, lo suficiente como para que, al caminar se dejaran grandes huellas en el camino. Las zonas donde había más tránsito de personas la nieve fue siendo compactada bajo los pies de los caminantes, dejando una superficie bien compacta e increíblemente resbalosa, por lo que mis zapatos se volvían increíblemente inservibles, haciéndome caminar cual pingüino en Iceberg, mientras me aferraba del brazo de una compañera de clases...
   Por lo que, si algo he aprendido en estos dos años es que hay que ir con el guardarropa COMPLETO a la hora de salir de casa: Ropa ligera por si hace calor, suéter  impermeable, paraguas, botas de lluvia, gorro, bufanda , guantes y abrigo de lana. Porque ABSOLUTAMENTE todo puede pasar en un loco día en Holanda...

6 comentarios:

Pedro Bejarano dijo...

Aclimátese... o aguántese... jejeje... abrazo Alba

Alba Salgado dijo...

Priscila Vargas Comentó en facebook: jajaja muy cierto, todo puede cambiar en unos minutitos.... muy divertido post a mi tambien me llego a pasar mas de una vez que salia y con la ropa totalmente inadecuada..

Alba Salgado dijo...

Alejandro Saldaña COmentó en Facebook: tienes toda la razon Alba en cuanto al clima pero leo un poco de frustracion en tus letras?
sin ofender .saludos

Alba Salgado dijo...

Alejandro Saldaña comentó en Facebook: a mi si me deprime te entiendo y eso de frustracion me pasa ami pero en fin aqui el remedio es ocuparse en lo que uno pueda,pero animo hay cosas peores,saludos

Alba Salgado dijo...

Yo le respondí en Facebook: Alejandro Saldaña, yo diría un poco de fastidio a cuán cambiante puede llegar a ser (más de una vez he deseado que sea más estable). Y no me ofende porque el mismo fastidio le he escuchado a los mismos Holandeses y no se diga a mis compatriotas que llevan años (o poco tiempo) viviendo acá, como Priscila Vargas también comenta.

Clima dijo...

No sabia que el tiempo en Holanda fuese tan cambiante. Gracias por contarnos tu experiencia. Es bueno aprender
Saludos
Aurora