viernes, 9 de octubre de 2015

Al país que fueres...

   Mientras escribía el blog de Los holandeses no le echan huevos, salió a la luz (dígase que YO hice consciente) una situación que estuvo muy dentro de mi durante los 5 años que he estado por estos lares. Y agregaré que se encontraba tan dentro, que ni yo misma me había dado cuenta de que existía, hasta que me puse a discutir (conmigo misma, claro) sobre la tradición de desayunar huevos.


¡Adaptarse o morir!
    Creo que ya olvidé cuántas veces me han dicho la frase de que: "Al país que fueres... haz lo que vieres" , la he escuchado tanto por gente que está por acá y que emigró a Holanda muuuucho antes que yo, también por amigos, parientes y hasta conocidos, así como por la sarta de gente que, como dicen en el rancho, ni vela tienen en este entierro. Una y otra y otra vez...
   Al punto que se vuelve una especie de mantra que tratas de aplicar en tu vida diaria. NO, no todos lo hacen o la verdad, no sé si lo hacen, lo que sí sé es que YO lo hacía y por eso lo comentaré.

   Como escribí en el blog anterior:
 - ¿Cómo vas a creer que se desayuna huevos?- Fue la pregunta de mi marido. Y siguiendo los consejos de "Al país que fueres haz lo que vieres", guardé mis recuerdos en un lugarcito de mi corazón. Así, los huevos fueron erradicados de mi dieta... hasta nuevo aviso.

   Lo que me saltó y asustó cual gato en la obscuridad, fue que, en pos de adaptarme a este nuevo país, fui eliminando costumbres de mi país, de mi rancho y de mi propia familia, sólo porque iba en contra de ese bendito "Proceso de integración".

   ¿Que por qué uno hace ésto? o ¿Porqué YO hice eso? (Cada inmigrante hace como quiere o puede, definitivamente) Porque si, desde antes de que salgas del rancho ya te andan diciendo que DEBES hacer y comportarte como el sitio al que vas, no queda mucho espacio (o al menos yo así lo ví a veces) para las tradiciones que tu tenías. Pero es más que eso (a veces), es la sensación de que si no haces como los demás, vas a traicionar o boicotear tu proceso de adaptación
Pocahontas y su hijo Thomas Rolfe

   Y cuando navegaba por eso del internet, hasta encontré quien dijo que ya sea que te conviertes en la Malinche o en Pocahontas, mientras que en la página de Facebook de Mexicanos en el Mundo, hubo quien me acusó de FALTARLE el respeto a mi marido, su familia y hasta sus costumbres (Tan cierto es lo que digo, como el haber sido expulsada de dicha página tras publicar los blogs sobre el uso de uno o dos apellidos).
¡¡¡Ayyy no me vengas a contar!!! Hora resulta que, porque estás orgullosa de tu pasado o porque ¡demonios! extrañas los que hiciste prácticamente TODA tu vida, te vas a volver según su libro, en una versión distorcionada, lavada y sanitizada (dígase que se le quita todo lo "peligroso" de ir contra los conquistadores) de una mujer que luchó (o al menos, así dicen) por su pueblo....

   Pero cuando andas por estos lares, sola como la luna y con descripciones como la de la mencionada "escritora" y la de quien critica sin haber pasado por este largo y duro proceso de adaptación, su "verdad", puede hacerte dudar (o cuando menos conmigo lo lograron), hasta el punto de hacerme sentir culpable por el dolor que yo sentía. Debía hacer como en el país que estaba.


   Extrañar duele, claro que duele y quien les diga lo contrario ¡MIENTE! duele callar lo que te brinca tanto adentro, cuando dices: achis piachis! ¡Ora si que estos güeros están zafados del cerebro! Pero que te repiten otra vez, al país que fueres, haz lo que vieres...
   Pero hacer lo que vieres te hace extrañar lo que fuiste. NO, no quieres ser la misma persona que eras antes (porque simplemente no se puede), pero el ser humano es un animal de hábitos y quitarlos sólo porque sí, es quitarte parte de quien eres.

   Más de una vez me ha tocado que algún holandés, tras escuchar que estaba hablando en español (y hasta en inglés), sin el menor de los empachos (y sin haber sido invitado a la conversación) nos han dicho:
-Nederlands! Je moet Nederlands spreken! - Para quien no entienda, dicen ¡Holandés!¡Debes hablar holandés!. 
    Un dato curioso es que he visto algunos holandeses que les gusta mucho las tradiciones latinas, algunos tratan de aprender el español y comen más picante que cualquiera en México. Pero igualmente he visto (y me han comentado) que cuando varios holandeses se van a otro país (por ejemplo a España, tras la jubilación), se agrupan IGUAL que nosotros los latinos, a hablar SU idioma y seguir SUS costumbres, sin el menor de los inburgering (integración).
-ahhhh! ¿Verdad que no es lo mismo ir atrás que en ancas?- 


  Por otro lado, hay los que dirán, que no se deben dejar las tradiciones de tu país, porque como dirían:
-Pues si así te conocieron, por qué debes cambiar?

Pero como dije anteriormente, a veces, uno no se da cuenta de que lo está haciendo, en tanto vas en pos de lograr integrarte a una sociedad que a veces puede ser cerrada, muy cerrada. ¿Fue mi propia culpa (o responsabilidad) dejar mis tradiciones? Claro que lo fue. Pero a mi favor diré que es difícil medirle hasta dónde debes ceder y hasta donde NO.

   Adaptarte y mantener tus tradicones se vuelve un estira y afloja que me recuerfa el chiste del changuito que pasó la noche con la jirafa. Al día siguiente, cuando los otros animales lo vieron todo ojeroso , todos creían que era por la maravillosa noche que había pasado, pero el changuito les dijo:
- ¡Para la noche que pasé! Entre bésame la boca y agárrame las nalgas ¡Se me fué TODA la noche!


   Ahora, después de mucho estire y afloje, he de decir que hemos ido llegando a un punto medio, que como buena balanza a veces se hace más hacia un lado que hacia el otro. Al punto de que algunas cosas mexicanas le salen mejor a mi marido, que a mi, por ejemplo, las tortillas de harina de trigo. Las ha hecho más veces que yo y ahora tanto la forma, textura, como el sabor, son mucho mejores que las mías (Y a las pruebas me remito!)
Tortillas hechas por mi marido holandés
   Eso si, cuando mi marido hace tortillas, YO debo hacer picadillo, para armar tremendos tacos (con cebolla curtida y toda la cosa), así no le molesta seguir preparándolas (sin mencionar que lleva de lunch al trabajo unas quesadillas)

   Igualmente, para un día que celebramos el 15 se septiembre (independencia de México) en casa de mi amiga María, con un grupo de mexicanos, mi marido preparó unas empanaditas de cajeta (dulce de leche de cabra). Donde él hizo desde la cajeta hasta la horneada de las benditas. ¿El resultado? que todos los presentes nos relamíamos los bigotes de lo ricas que salieron y que han seguido preguntando por ellas cada que se realiza una reunión.

Al final, queda en cada quien el retomar, mantener o mezclar sus tradiciones, aunque te digan que, al país que fueres...

3 comentarios:

Bada Bing! dijo...

Ay, pero què señor tan metiche y de mente tan cerrada ese que exige la lengua holandesa! Pos què nosotros exigimos hablar sólo español en territorio mexica?
Tus cronicas son deliciosas, si acaso algún detalle te pediría es: què desayunan entonces? Qué sentiste al sustituir los huevos por ese otro desayuno? Muchus tenkius! Saludos y besos!

Alba Salgado dijo...

Querido Bada Bing, Gracias por tus comentarios, luego trataré de escribir lo que me comentas. EN el blog de "El hambre es canija, pero más (2da. parte)", viene una descrición de los desayunos más comunes holandeses échale un ojito y si quedan dudas, dime y trataré de contestar, ¿si?. ¡Saludos!

@lauradeholanda dijo...

Creo que en el proceso de integración no tienes por qué perder muchas de tus tradiciones....simplemente modificas. Bueno eso me pasó a mí....pero eso es un proceso muy diferente en cada persona.
Y en cuanto a todos los que casi te ordenan que al país que fueses haz lo que vieres....creo que no importa lo que te digan los demás sino el criterio propio. Llevo 18 años en Holanda. Mis mejores amigas/os son holandeses. No tengo mi círculo de mexicanos/latinos....si algunos que adoro pero veo muy poco. Vengo de una familia tradicionalista mexicana, de charros. Con excepción de Televisa Networks todo lo demás es holandés en mi casa....y sin embargo mi hijo salió 100% mexicano y con 13 años se quiere ir a vivir allá y está a punto de lograrlo. Sin darme cuenta lo hize más mexicano que el mole.
Saludos.