martes, 1 de enero de 2013

Año nuevo lejos de casa...

   La época de las celebraciones holandesas (Sint Maarten y Sinterklaas), así como las ya acostumbradas por todos (Navidad y Año Nuevo) ya pasaron, así, se puede tener un poco de descanso a todo el relajo que ha habido acá durante mes y medio... 
Gouda
   En Holanda, hasta hace relativamente poco tiempo, la Navidad no era una celebración TAN importante como podría ser Sint Maarten o Sinterklaas (en especial esta última). Creo que éstas lo eran porque eran celebraciones para los niños, que incluía a los adultos, claro está, mientras que la navidad era más para aquellos que fueran más apegados a la religión, porque de otra forma sólo era la cena y los días de asueto.
   Muchos, pero no todos los mexicanos que andamos por estos lares, hacemos la migración a la madre tierra cual si fuéramos aves, para pasar, al menos, ese tiempo en familia allá en México. Mientras los que quedamos acá, vemos con ojos de nostalgia y un poco de envidia (siii, ¿por que no decirlo, si es la verdad? que cuando todo es amor y felicidad aquí. Dentro, muy dentro del corazón, hay la profunda tristeza de no tener a TU familia a tu lado como aquel que hizo la emigrada por las vacaciones para saborear una vez más ese ponche que juraste no volver a beber), porque nosotros pasamos este tiempo acá. Se extrañan las posadas, las piñatas, los apaleados porque se les ocurrió atravesarse a media piñata (¿serán más tontos??? Digo, quién se le ocurre ponerse frente a una persona con ojos vendados y armado con un palo en la mano???, pero bueno).
   Pero para los mexicanos (como quizá para TODOS los latinoamericanos que andamos por estos lares),   la Navidad ES importante y el año Nuevo TAMBIÉN. Más, después de tantos años de celebrar desde el día de la virgen de Guadalupe (que los mexicanos celebramos el 12 de diciembre) y de allí, hasta el 24 del mismo mes... las posadas, Ayyyyy chulada (lindura) de pachangas que se arman hasta la Navidad... Y luego el año nuevo (Y a veces Reyes Magos, que se celebra por ahí del día 6 de enero).

Aeropuerto Schiphol en una de esas nevaditas...
    Cada año llegan a nosotros las noticias de todos aquellos que se quedaron varados en el aeropuerto antes de navidad por las tormentas o nevadas que bien parecen con toda la mala leche de aparecer, cuando más se quería llegar. De pronto el pavo de navidad no es más que un mugriento e infeliz Kentuky Fried chicken y la sidra... un vaso de pepsi con más hielo que refresco. Lágrimas en los ojos de aquellos que dan entrevista a las noticias de la televisión, diciendo que estaban viviendo una pesadilla... Entonces nos decimos (más para consolarnos ante las ganas de estar en la madre tierra) "Que bueno que YO no estoy en esas situación..." (pero la verdad es que SI quiesieras estar rumbo al HOGAR, a la madre tierra). Mientras que para aquellos que nos quedamos  en Holanda (o para el caso en cualquier país que no sea el propio) se va viviendo un conteo en el alma de cuántos días faltan para navidad? Cuántos para el fin del año??? Un conteo que en absoluto es agradable...

   Sí, en cuanto llegamos a esta tierra, la mayoría de los Mexicanos (y quizá cualquier extranjero que llega a vivir acá), nos ponemos a buscar los ingredientes de nuestra comida diaria: Tortillas, chiles, frutas y verduras... Poco a poco van apareciendo los más comunes y poco a poco te vas dando cuenta de los ingredientes que vas a tener que ir olvidando o trayendo desde tu propio rancho, porque acá simplemente no los vas a encontrar...
   Por qué o para qué hacemos esta búsqueda de ingredientes? Para no sentir la distancia, para no sentir la soledad de saber cuán lejos estas del suelo en que se ha nacido (ayyy canción Mixteca cómo duele escucharte!!!).
   El internet se ha vuelto, cuando menos para mi, en mi cable a tierra. Dígase lo que me hace sentir cerca de mi tierra, mi rancho, mis tradiciones. Además, seguir páginas como Mexicanos en Holanda, Mexicanos en Europa o Mexicanos en el Mundo, son la opción para poder hablar con otros que están en situaciones parecidas a la tuya, a quien de una forma especial, te entiende.

   A qué me refiero? A que una de las primeras cosas a las que un mexicano (o latino) que tiene de pareja a un holandés (u holandesa) se enfrenta acá es que NO entiende. Si, te quiere, SI comprende que extrañas tu casa y a tu familia, pero NO entiende lo que es estar lejos de casa, NO entiende lo que es extrañar el sazón de tu tierra, no entiende lo que es NO escuchar tu idioma (y aunque sí hable español), NO entiende los mexicanismos, como el chale!, Nombre! Chin!, Ya valió! Pa' su mecha! y hasta el muy nacional CHINGAR (sorry, pero es muy nacional).
   Pero tampoco entenderá lo terrible que es acostumbrarse a este móndrigo clima de locos, a las mil y una reglas que van desde separar la basura, usar la bicicleta, llevar bolsas de plástico al supermercado, tener que recargar la tarjeta para el transporte público... TOOOOOODO.

   ¿Lo malo? Que tu familia, tus amigos y conocidos en la madre tierra TAMPOCO entienden. Y te dirás: Ayyy cómo de que no? Pues... NO. Cuando comentas del frío dirán: ayyyy que rico, ayyyy que linda la nieve!!!! ayyy que lindo los paisajes! ante las fotos de la nieve, en la cual sabes que te puedes resbalar y romper un hueso, como tampoco entienden que el Stamppot llega a ser terrible por lo desabrido (y porque recuerda las papillas para bebé) y las carnes aguadas (carne que al final le agregan un chorro de agua para que no esté seca) simplemente no son la carnita asada de los tacos de la esquina y mucho menos la sabrosísima birria "pa' bajar la cruda del día siguiente". Uyyy no, pus no!
    La única persona que entiende es OTRA persona que está viviendo o ya vivió ese encontronazo, OTRO mexicano viviendo en Holanda... que quizá no conoces en vivo, pero que ya pasó por todas y cada una de las cosas que estas viviendo. Y que acaso va a ayudar enormemente con tan solo decir: si, yo también pasé esas.
   Pero ni siquiera ellos pueden ayudar cuando llegan el invierno, la época de las posadas, la Navidad y el fin del año, de la misma forma que TU no les puedes ayudar. Allí es cuando te das cuenta que no prestaste atención TODAS esas veces que tu mamá hacía el arroz, la tinga o hasta la mugrienta chopita de fideo.

   Con la Navidad llegaron los recuerdos de las cosas que se hacían años, muchos (y a veces no tantos) años atrás y si, los recuerdos de los buñuelos son bellos, pero con esos recuerdos llega también la consciencia de que no podemos estar con la madre, padre o demás familiares. Pensamientos que no se van y que se van convirtiendo en pequeñas piedritas en el alma: la Añoranza.
   Dicen que la distancia es el olvido... versa una vieja canción mexicana, pero para aquellos que llevamos el país en el alma, no hay tal olvido. No hay tregua en esa añoranza. Así, yo para mantener el ánimo el resto del año no ha sido problema (ok, apenas llevo dos años en Holanda, ya les contaré en un par de años más, a ver si como ronco duermo). Al final, si durante el año me entra un poco de añoranza, me repito a mi misma: Estás aquí porque así lo quieres. Y siendo responsable de mis propias decisiones, sigo adelante levantando la cabeza (hay quien dice: Reina: levanta la cabeza, que si no se te va a caer la corona, así que cuadro la postura y pongo una sonrisa porque la verdad, sí soy feliz), así que vuelvo a sonreír.
 Y bueno, mucha sonrisa para la Navidad y el año nuevo, pero aquí es donde entra el PEROOOOOOOOOOOOO... si, ya salió el pero: nuestro pelo en la sopa o acaso la sal que también le da sabor a nuestra existencia.

   Mientras escribía el blog de los buñuelos pude desplazarme mentalmente a mi pasado y de alguna forma, llevé conmigo a varias de las personas que me leyeron. Al punto que salió el arrepentimiento (o el simple desazón) de no haber prestado más atención, de no haber aprendido de nuestros antepasados: padre, madre o abuelos, tíos  sobre la cocinar, las historias, las tradiciones... tantas cosas. Pero ahora que estoy a más de diez mil kilómetros y muchos (o algunos) años de la muerte o simple ausencia de esas personas, al igual que muchas otras personas que leyeron el blog, deseé no haber sido tan necia y haber aprendido las costumbres de mi abuela, mis tías y de mi misma madre, pero para eso no hay solución...
   Platicando sobre esas cosas que se extrañan, para mi, respecto a la comida, lo que SIEMPRE extrañaré es la chopita de mi mamá (sopa de fideo). Qué tiene de maravillosa? mmmm, NADA, absoluta y totalmente nada, nada más que el sazón de mi madre, el amor y dedicación que ponía cada que hacía ésta y ese es el ingrediente que no le puedo poner a mis sopa... La presencia de mi madre.

   Pero con las tristezas del fin del año, viene también la promesa del mañana, dígase, del año que comienza y que promete ser tan o más emocionante que el año que termina, así que agárrense los sombreros, que la capoteada apenas va comenzando!
   Acá, la celebrada del fin de año es prácticamente igual a cualquier otro sitio en el mundo. La pachanga (fiesta), la bebida, los abrazos y... Cuetes (o cohetes, como quiera que le quieran decir), muuuuuuuuuuuchos cuetes. Acaso esa sea la única gran diferencia. Y primero deba aclarar que los cuetes (o fuegos pirotécnicos) están TERRIBLEMENTE prohibidos y me refiero no solo a prenderlos, sino también a su venta. Sin embargo una vez al año y en serio, UN SÓLO DÍA AL AÑO, se permite que las personas prendan los fuegos pirotécnicos. Por lo que MESES antes se pueden hacer los pedidos y apartados de cuanto cuete, buscapiés, chanatero o palomita (nombre que les dan en mi rancho a varios de ellos), pero que serán entregados un par de días antes del último día del año y que únicamente a partir de las 10 de la mañana del 31 de enero y hasta las 2 de la mañana del día primero podrán ser usados.

Año Nuevo (2013) foto por Alba Salgado
   A las 12 en punto comienzan las campanadas en algunas de las iglesias (aunque todavía hay los que siguen usando la TV), mientras que los fuegos pirotécnicos hacen su presencia a TODO lo que da. Y cuando digo a TODO, me refiero a que hay personas que llegan a gastar CIENTOS de EUROS únicamente en este rubro para esta fecha, por lo que puede llegar a ser ensordecedor los siguientes 20 o 30 minutos (ok va más en el nivel de 60 a 80 minutos).
   El cielo se llena de luces de colores, porque un vecino compite con el otro para causar más WOW's entre la gente y aquellos que no gastamos gran cosa, nos deleitamos cuando revientan los colores del siguiente grupo de luces.

    Entonces te acuerdas de que en tu tierra se acostumbran las 12 uvas durante las 12 campanadas y tu pobre pareja (a quien no tuviste tiempo de explicar bien) te mira con ojos de duda...
-Tu- chom, chom, dígase mascada de uva- cómetelas- chom, chom- Al rato-chom, chom- te explico-chom, chom y más chom, sin poder decir más ya que puedes perder el ritmo para comer las benditas uvas, algo preocupada mantienes la mirada entre tu pareja y lo que comes por miedo a que alguien pueda atragantarse con tremendas uvas (a la otra compra unas más pequeñitas, aunque vengan con semilla, porque se te puede ahogar el amor de tu vida).
   Recuerdas que se debe barrer la entrada de la casa, aunque NO debiste limpiar eses día, porque según dicen, es de mala suerte, se barre la entrada de la casa para barrer las malas vibras. Entre las memorias que  pueden asaltarte en ese momento está el nunca bien ponderado agarrarte a correr alrededor de la cuadra con las maletas en la mano (para que el siguiente año vengan más viajes, según dicen). Aunque yo recomiendo no hacer lo de las maletas sin antes avisar, porque tu amorcito va a creer que le abandonas en ese mismo momento (y van a terminar representando un capítulo de "Los holandeses también lloran") o de plano tus vecinos van a llamar al psiquiátrico porque ESTA vez sí que te volviste loca (no te preocupes, YA lo creen  únicamente buscan una excusa para poder llamar a los loqueros)...

   Y de pronto, sin importar que hubo esa añoranza, dentro, muy dentro de tu corazón, una lucecita se enciende mientras te dice: "¡Oye, este año fue muy bueno y próximo va a ser mucho mejor! ¡Vamos a México!!!" y la sonrisa se dibuja en tus labios mientras piensas: ¡Feliz Año Nuevo y que Dios nos bendiga a Todos!!!!

1 comentario:

Unknown dijo...

Wow!!!! que manera de contar mi vida en este pais, todo lo que has escrito me ha sucedido, es increible. Muchas veces al igual que tu llego a preguntarme, y porque soportar todo esto? entonces recuerdo, claro por mi amorcito loco holandes jajaja; bueno, apartede que han sido unas muy buenas y locas experiencias. Alba, gracias por compartir tu vida (mi vida) en este blog, de una manera c[omica pero no por eso menos real.