miércoles, 16 de julio de 2014

Por si las Lluvias (segunda parte)

   La semana pasada comenté sobre mi búsqueda de formas de hacerle un impermeable a la perrita chihuahueña (Chihuahua).

   A falta de conocimiento (dígase no saber dónde conseguir algo bueno bonito y barato) sobre tela para la confección, casi llegué a pensar que debía olvidarme del tema hasta que un día, mi marido me dijo:
-Y si buscas en Het Goed?- ¡Mira tú!, que no se me había ocurrido esa idea, además de que eso me dice que mi marido no está TAN en contra de la idea del impermeable de Nena.  Digo, en caso de estar en contra, habría dejado que yo y mis locuras simplemente se aplacaran a falta de forma de llevarlas a cabo...

    Para quien no vaya entendiendo ni media palabra qué recanicas es Het Goed (se lee en español tal cual: jet jut y se traduce como "lo bueno"), no es otra cosa que una tienda de venta de cosas recicladas. Dígase que la mayoría de las cosas son usadas o donadas por las tiendas ya que no se llegaron a vender.

   En este tipo de tiendas se puede encontrar prácticamente de todo. Desde ropa y calzado, muebles del hogar, libros, aparatos para hacer ejercicio... hasta palos de golf , entre otras tantas cosas raras que se pueden conseguir.
    Acaso más de uno dirá: ¿Pero cómo??? ¿Venta de cosas usadas en Holanda? ¿Que no dicen ser un país de primer mundo? pero pues si, usadas e igualmente vendidas en un país de Primer mundo.
   Este tipo de tiendas surgieron en los años 80 bajo la idea del reciclaje de cosas que están aún en buen estado. Técnicamente hablando no son tiendas de venta de segunda mano, porque ellos no compran los artículos a los antiguos propietarios, sino que recogen como donación las cosas que aún puedan ser utilizables. Tras una evaluación, algunos objetos son reparados y luego son puestos a la venta a un precio mucho menor que los nuevos (dependiendo el estado del objeto, claro está). La idea bajo la cual surgieron este tipo de tiendas es también la de crear puestos de trabajo, mejorar el medio ambiente (con la reciclada) y contribuir con parte de las ganancias a proyectos sociales.
   En algunas esquinas de cada pueblo, así como en las zonas habitacionales de la ciudad, se pueden encontrar depósitos contenedores donde puedes dejar tu ropa o zapatos, así como textiles del hogar dentro de bolsas de plásticos (que a veces ellos mismos te dan para que así lo hagas).

   Igualmente, una o dos veces al año (cuando menos donde vivo), mandan una carta a todas las casas de la zona. En dicha carta solicitan que, de tener cosas en buen estado de las cuales quieras deshacerte, las pongas en unas bolsas de plástico que ellos incluyen, para que dejes en cierta fecha (que ellos especifican) la bolsa con lo que quieras donar . En el día especificado, ellos pasan con un camión para hacer la recolección y así agregar nuevos artículos a sus ventas.

   Lo cual es bastante práctico, ya que acá la gente realmente se hace de un nuevo guardarropa cada cambio de temporada y como no hay mucho espacio, vestuario que a veces no tiene casi uso, evita terminar como basura o amontonado en el armario de la casa, hasta que casi casi tienes que entrar a tu habitación con una pala y una carreta (o de plano con un GPS, para evitar perderte allí adentro).

   ¿Y que pasa si ya no quieres una lavadora o un piano (si, PIANOS, salas, camas, es decir, muebles u objetos grandes)??? Ahhh, pues ellos tienen un número telefónico a donde te puedes comunicar y ellos pasan a recogerlos hasta la comodidad de tu hogar, totalmente GRATIS.
Artículos que se usan por un tiempo
Artículos que de otro forma, terminarían en la basura
   ¿A poco no está buena la idea? Digo, a veces quieres cambiar la mesa del comedor o renovar algo de la recámara y te enfrentas al problema de qué hacer con los artículos viejos, porque no siempre los puedes vender vía los anuncios oportunos (del periódico o internet) o no saber dónde o con quién acudir para donarlos. Pero que a veces puedes considerar un desperdicio el botarlos a la basura.

   Cuando fui por primera vez a este tipo de tiendas, me recordó cuando vivía en la Ciudad de México, donde a veces también había puestos en el mercado sobreruedas que vendían ropa, zapatos, accesorios de vestuario y hasta uno que otro juguete para niños usados. Alguna gente ve ésto como algo poco higiénico y hasta degradante, pero como dice mi madre; "La necesidad hace herejes", además, me pregunto: ¿Es degradante darle una pequeña ayudadita al mundo al RECICLAR, así como darle más tiempo de vida a objetos que nos pueden servir?

  Además, en casos de que tu economía no ande tan rimbombante, bien puedes ir a darte una vuelta y hacerte de una que otra cosita en buen estado o de plano, jugar con lo "vintage" en tu decoración. Sabiendo que estás ayudando a la ecología al reciclar algo que, de otra forma, se agregaría a las toneladas de basura que generamos diariamente.

   Ahora bien, he de decir que en mi rancho, la verdad es que no me tocó verlos (no dudo que puede haber, simplemente digo que YO no los conocí), salvo UNA tienda de ropa de segunda mano, pero la pobre, aún cuando le pusieron un nombre elegante a comprar usado (bajo la etiqueta de Vintage). La gente simplemente NO entraba, acaso con esta idea de considerar corriente y/o degradante el no poder comprarte lo más nuevo (aunque sea de la tienda de importacosas con calidad muy, muy deficiente). ¿Acaso porque estaba cerca del centro y ALGUIEN podía verte? ¿Cómo??? Pero pues bueno, la tienda, como podrán imaginarse, quebró.
   Y podrá molestar a más de uno que aquí lo diga, pero recuerdo que más de una vez oí decir de algunas mujeres en Sinaloa: "No tendrán nada entre el ombligo y el espinazo, pero allí las ves con ropa de diseñador". Simplemente la idea de comprar algo usado por otra persona es impensable, más con la proliferación de esas tiendas de importación de muy bajo costo (y muchas de las veces calidad).

   Yo, para bien o para mal, no me da empacho meterme a una tienda de diseñador ( a ver, porque los precios a veces son medio agresivos con mi bolsillo), como tampoco entrarle a la tienda de superdescuento (de esas tiendas de rompe y razga, como decían las viejitas). Lo que me gusta, me gusta, sea caro o barato y lo compro, por lo que, acompañada de marido y Nena (ohhh si, muy tienda de usados, pero yo iba cual Paris Hilton con chihuahueño en brazos), me di a la tarea de encontrar un pedazo de tela (o ropa) que pudiera usar para la confección del dichoso impermeable de Nena.
   Si, estaba buscando la tela, pero eso no impidió que repasara cada pasillo y objeto en la tienda (digo, nunca sabes cuándo encuentres algo interesante), como tampoco evitó que saliera con un molde refractario y un destapador de botellas (que mi marido pensaba dejar regalado donde practica en la orquesta), todo esto por poco menos de 2 euros (unos 36 pesos mexicanos), pero sin lo que yo buscaba...
   Por momentos, me sorprendía lo  que se llega a encontrar en estas tiendas, primero porque me preguntaba... como por qué el dueño original lo compró (como por ejemplo los monociclos o los cascos de soldados),  otros brincaba la pregunta: ¿en serio alguien va a comprar una ancla de barco? Pero como a veces me decía mi padre: "¿Sabes por qué hay tela amarilla en las tiendas de telas? porque hay quien la compra" Y aunque suene esta lógica de lo más simple o tonto, tiene razón, de no haber quien compra, no habría quien la vendiera...

   Así iba yo, con sentimientos encontrados. Feliz por mi refractario, pero un tanto decepcionada al no haber encontrado nada que pudiera usar para mi proyecto "Por si las lluvias"... hasta que llegué a una carreta.
   Si, como leyeron, una carreta, de esas de madera que eran jaladas por caballos y que se usaban para llevar y traer cosas. Pues bueno, en dicha carreta ubicada junto a las cajas de pago, usada como contenedor de ropa, allí estaban unos pantalones impermeables, éstos por ¡1 euro!
-¡Ya se hizo de mulas Pedro!- Fue lo que que grité al verlos.
   Los que estaban alrededor me vieron como si se preguntaran si yo era loca peligrosa, pero no me importó, ya tenía el material para el poncho y eso era lo importante. Mi marido, sonriendo victorioso, comento:
-Te dije que aquí encontrarías algo, ¿no?- Y bueno, lo dijo.

   A la fecha aún estoy en el diseño del impermeable, quizá luego les ponga las fotos de todo el proceso, pero por el momento estamos mi marido y yo trabajando en la casa (arreglando la cocina, así como la sala), por lo que no me he podido sentar a planear formalmente cómo voy a hacer lo que quiero, pero debo apurarme ¡por si las lluvias!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Tengo ideas encontradas del kringloop. Especialmente luego de que escuché que las cosas que no se repartían en las herencias de los viejitos muertos, eran llevados ahí para venderlos.
No es que yo crea en cuentos, pero, de que vuelan, vuelan.

Sin embargo, alguna pieza simpática puedo comprar, pero la ropa, eughhhh, no soporto el olor a usado!

Que bueno que conseguiste material para el poncho canino. Ahora, como anda el clima, habrá que ingeniarse una donde no se muera del calor pero se proteja de la lluvia!
Loco clima holandés!

Eli R. dijo...

Como es un chihuahua, una vez vi que con la manga de un suéter o camisa se hace ropa para perros pequeños.