miércoles, 6 de marzo de 2013

Un cumpleaños feliz... un cumple... queeeé???

La vida está llena de momentos difíciles, pero gracias al cielo, también de momentos felices, como los cumpleaños...
   Así pensaba yo,  hasta que vino mi próximo encontronazo con las costumbres holandesas...
   Quiero creer que mi marido y yo NO estamos DEMASIADO viejos. Digo, aún recuerdo cuando era niña (allá cuando los dinosaurios vagaban plácidamente por las praderas), cuando me preguntaban cuándo se era viejo... yo decía:
- Cuando cumples 30 años.
                                  Viejo                           Foto: Alba Salgado
   "Ohhh tiempos aquellos Don simón!" Diría la frase. Hoy día recuerdo cuando tenía treinta años y hasta me da ternura, porque ya llovió varias veces desde entonces... Si debo ser sincera, he de decir que hasta hace relativamente corto tiempo, no me gustaba celebrar mi cumpleaños o cuando menos, no más allá de mi madre y mi sobrino (sus papás no siempre podían por trabajo), ya que las fiestas siempre terminaban siendo un embrollo y una terrible decepción. Por lo que dejé de celebrarlo... Hasta que llegué a Holanda.

   ¿Por qué celebrarlo, después de tantos años en los que simplemente ignoré esta fecha? Bueno, porque después de los 40, lo que venga en ganancia (si recuerdan mi concepto de vejez), además pienso que la vida hay que celebrarla (si, ya me estoy haciendo vieja). Y en este caso se trataba del cumpleaños de mi marido, entonces por qué no?
   Julio es un mes bastante disfrutable en Holanda: Hay más sol (ok, debo decir: HAY SOL, porque en los otros meses nada más ilusiones) y más calorcito, por lo que se puede estar afuera sin tener que ponerte mil y un abrigos... Así que ya estaba decidido en el cumpleaños de mi parido¡¡¡¡PACHANGA!!!! (fiesta)

   De pronto me dice que había que hacer un wishing list (lista de deseos). Que en la práctica es la lista de lo que pides de regalos ¿¿¿¿¿¿????? ¿En serio? ¿Pides tus regalos? ¿No se trata de que la gente te de algo que le salga del corazón?
-Claro, así te dan algo que te guste y no el suéter con los pitufos.
   Debo decir que ni las listas de regalos de las bodas pueden llegar a parecerme correctas. Ok, en las bodas así se evitan terminar con 30 planchas y 20 cafeteras, mientras a nadie se le ocurrió regalarte un juego de pinzas o desarmadores, que aunque poco románticos, son muy funcionales cuado te mudas a la nueva casa y hay que abrir el tanque del gas, desde ese punto de vista, una lista de regalos no me parece TAN mal, pero aún así, no me parece tan aceptable. Digo, cuál es el ánimo de ir a la tienda más cara para que uno termine pagando 4 veces el precio de una mugrienta jarra para jugos con sus vasos??? (Lo digo, porque así me pasó en la boda de una amiga, refiriéndome a la MISMA marca de la jarra y los vasos). 

   Por lo que, ya entrados en eso de las fiestas clásicas (bodas, XV años, bautizos, etc), se tienen padrinos de todo (lo dice quien fue madrina de alberca en unos 15 años y que terminó por hacer tremendo incendio tipo entierro vikingo con las velas que puse), por qué no designar al padrino de regalos? Por muy bruto que sea se le dice:
-Aquí está la lista de lo que deseamos, si alguien quiere saber lo que puede regalar para no repetir, que te consulte.- De allí, que cada quien se haga bolas para conseguirlo al precio que quiera pagar.
   Y repito, aún en las bodas se me hace un tanto encajoso (pasado de la raya). Uno hace lo que puede con los regalos, no? Tu piensas en lo que podría gustarle a la otra persona, como un acto de amor.... Y te salen con eso?
   Aunque a veces ese acto de amor se vuelve casi un acto Sado/Masoquista, donde la otra persona estaba haciendo todo, menos pensando qué podría gustarte y terminas con un disco de Tatiana, cuando eres 100% metalera.
   Sin embargo, de allí a pedir que te regalen una determinada planta, de determinado color, tamaño y precio... ya me parece demasiado (créanme que supe de un caso en que se molestaron con quien llevó el regalo porque éste no tenía el tamaño de planta solicitado en la lista de deseos y terminó armando la tragedia griega). Eso ya es pasarse de la raya.
   Pero bueno, sigamos con ésto de la celebración:
   Veo que mi marido hace una tarta (pastel de frutas) de manzanas...
- Oye y el pastel?
-Cómo que el pastel? Éste es el pastel.
- Ahhhh, te cae??? Y el betún? la mermelada o fruta de relleno? el chantilly? la cereza?-  digo, ya no le pedía el pastel de ciruela pasa que preparan en las pastelerías de mi tierra, porque esos ni a mi me salen (y miren que mis pasteles me salían re sabrosos, modestia a parte).
-Acá así son los pasteles.
-Ah pues que sin chiste el asunto.

   Y es la verdad, recuerdo que mi vecina hacía unos pasteles... como para morir de los sabrosos. Los cuales eran el punto culminante de las fiestas y cumpleaños (por todos los cielos, si hasta cuando sólo eran para acompañar la taza de café). Por lo que una tarta con frutas me pareció medio raquítica.
   Dentro de mi, simplemente pensé, "Pues quédate con tu panqué que ya iré haciendo mi pastelito y vas a ver cómo te chupas hasta los bigotes como gato barrigón". Y así fue varias horas después, con mi pequeño pastelito, bien adornado y coquetón (Una monería)... Adornaba la mesa del comedor.

   Días antes, cuando estábamos en la preparada de la fiesta, le pregunté a mi marido qué discos debíamos poner. A lo que el me respondió:
- Ya se nos ocurrirá qué poner en la reunión
- Cómo así?? Digo, qué pasa si te quedas sin ideas o se te acaban los discos? -Digo, en mi tierra se hace un disco con todos los mp3 o al menos una lista de las canciones en la computadora, así no te pierdes.-
   Así, sólo vas poniendo los discos y a veces hasta pagas a alguien para que la haga de DJ o de plano confías en el "buen gusto" de algún primo o sobrino, el cual le hace a esas cosas de las mezcladas y se autodenomina DJ (ya en la fiesta tendrás que explicarle que aunque ÉL adore el hip-hop o el heavy metal, los asistentes a una fiesta NO pueden hablar entre tanto punchis-punchis. 
- Pues te quedas en silencio. Digo, en algunas fiestas no se pone música
- ¿No música???? Achis! Pues eso no es una fiesta, sino un velorio! Y cuándo bailan?
- No se baila
- ¿Cómo que no?
- No, en las reuniones no se acostumbra  e incluso, como la de casa de mi hermano, jamás se pone música
-Pues en las de mi tierra, se pone la música fuerte y se baila antes y después de la cena.
   Digo, si en mi tierra no sólo se pone la música a todo lo que da, digo, TODOS los vecinos deben enterarse de que allí hay tremendo pachangón. Y casi casi, por los decibeles del estero se mide cuán entretenida es la fiesta, si hasta karaoke se pone.
   Lo cual es una total y completa tortura para los vecinos, ya que por lo regular, el bendito aparatito del infierno se coloca en el exterior de la casa (digo, si tanto les gusta lo ponen dentro y berrean hasta que se queden mudos), a todo volumen y cuando todos los invitados que quedan están completa y totalmente borracho. Entonces, se ponen a cantar a gritos las canciones de Paquita la del Barrio, mientras los esposos se dicen unos a los otros:
-Me estás oyendo INÚTIL?- Mientras, torturan a los vecinos con una versión total y absolutamente fuera de tono y ritmo (y gusto) de "Rata de dos patas".
-Ayyy dolor ya me volviste a daaaaaaaaaaaaaarrrrrrrrrrrrrrrrrrr....
  En las reuniones más "calmadas", igual se pone la música, que a veces el volumen llega a ser un poco más alto de lo necesario, por lo que casi todos dentro de la reunión se la pasan gritando o no escuchando lo que los otros le dicen...
   Como la fiesta tipo velorio no me apetecía y la renta de un karaoke (si es que se pudiera conseguir), muy probablemente terminara con dos o tres patrullas y muuuchos policías multándonos por alterar el orden al ser demasiado ruidosos; acordamos algunos discos que fueron puestos a un volumen de fondo, que permitía platicar cómodamente.

   La reunión comenzó y allí estaba yo, bien vestidita, chula de linda la móndriga chamaca, lista para recibir a los invitados, con una gran sonrisa y mucha emoción. Cuando entraron los primeros invitados, con regalo en mano (¡éjele!, yo ya sabía qué era ese regalo y el otro también, porque yo les dije qué dar, pero bueno, el primero se notaba que era un libro) después de que le dan el saludo de los tres besos (ni modo, así lo acostumbran), le dan el regalo y le felicitan, luego, se voltean a verme, me dan tres besos (ayyyy que besuqueadera!) y me dicen: Gefeliciteerd met.... ("Felicidades por..." y el resto ya ni entendí) porque me les quedé viendo y les iba a decir: noooo espérenme, si no es mi cumpleaños. Digo, qué no habíamos estado en contacto vía e-mail para ponernos de acuerdo con el regalo de mi marido? entonces por qué me estan felicitando a mi????
   Cuando estoy a punto de corregirles, mi marido, tras ver mi desconcierto, me dice:
"Ora si que ya no entendí"
-Aquí se felicita no sólo a quien cumple años, sino también a la familia de quien cumple y hasta a los vecinos si están de invitados.
   Yo simplemente pensé:
-Pero por qué, si yo ni estaba allí cuando éste nació?
-Se felicita porque tu eres una más de los que está celebrando al que cumple años.
-Achis! ¿Pero por qué?
-Así se acostumbra aquí
    Y con ese argumento, ni hablar mujer, traes puñal. Ni qué decirle, ¿no? Con el tiempo y varias reuniones, te acostumbras de esta bendita costumbre. Eso si, antes de felicitar, debes acordarte cuál es el bendito parentezco con el interfecto festejado a la vez que hay que decirlo rápido, porque si no, te gastas horas en la saludada.
   De pronto, como buenos anfitriones, se les ofreció café o té (si, acá como los ingleses, le encuentran el gusto, aunque para mí el té sólo lo tomo cuando me duele la barriga). Yo bien hacendosita, estaba poniendo las tazas, cucharitas y platos, cuando volteo y veo que mi marido está a punto de partir su pastel de cumpleaños, MI PASTEL (ok era suyo, pero que tanto me costó hacerle). En ese preciso momento, he pegado un salto, que ya lo hubiera querido Jean Claude van Damme en alguna de sus películas de karate y un grito que dejó a todos congelados en su lugar.

-Nooo, espérame!!! ¿Cómo que el pastel ahorita? Digo, primero va la botana y bebidas, luego la cena, después van las mañanitas (Happy birthday mexicana), pedida de un deseo, apagado de las velitas y la clásica zambutida de cara en el pastel a la hora de que vas a morder el pastel, con su respectiva foto para inmortalizar que el betún llegó hasta el cerebro vía las fosas nasales, mientras el pastel se vuelve un facsímil de tu cara, que todos pueden compartir a la hora de comer lo que quedó de éste.

   Entiéndase que ésta es la tradición en mi tierra (con todo y lo del betún hasta el cerebro), por eso me parecía raro que él necesitara una explicación del orden en que las cosas se hacían.
   Si le hubiera dicho a mi marido que debía hacerla de streaper en plena sala y hacer el baile del tubo, no me hubiera puesto la cara que puso.
-Y que piensas que van a comer con el café?
-Ahh no sé, por mi que se atraganten las galletas de animalitos.
Galletas de animalitos
   Oohh problema, que no hay de esas galletas acá, mientras que en mi tierra son de las galletas más corrientes (pero deliciosas), que normalmente daban en las fiestas de las escuelas primarias cuando yo era niña (uuuuhhh dijo la viejita!), aún cuando los padres hubieran pagado por algo bueno, terminábamos con una botellita de coca-cola y una bolsa de dulces, de los cuales la mitad eran cacahuates y galletas de animalitos, mientras la maestra se llevaba a casa el pastel y la mitad de la comida "que había sobrado"
¿Cuál sobrado? si los tacos eran de aire y al rebanada bien parecía radiografía! Porque podías ver los ingredientes si ponías el pastel contra la luz.

   Al final me abracé del pastel y miré con ojos de pistola a quien se acercara al pastel. Digo, el pastel es el punto culminante de la fiesta, el final, el postre, cómo que llegando y luego luego a entrarle???
   En ese momento mandé al diablo mi inburgering, mi aprendizaje, mi "al país que fueras, haz lo que vieras". Sáquense con sus mugrientas tradiciones! Yo no dejaría mi pastel sin antes pelear.
   Al final, bajo peligro de ser apuñalados con una cucharita, tomaron su café (té)... con galletitas. Que mi marido encontró en la alacena.

   Al rato llegó otro grupo, éste con regalos en las manos, en cuanto se los entregaron a mi marido comenzó a abrirlos...
-Ayyy  No hombre! ¡No seas grosero!!! ¿Cómo así? Va a parecer que les estás revisando lo que te regalaron- Digo, así jamás iba a lucir en la Jai Sosaity!
   Yo no podía creerme lo que estaba haciendo. En México es una completa y total falta de etiqueta. Los regalos se toman no sin antes agradecer por ellos y se ponen a un lado en una especie de pila de regalos. En los cumpleaños de niños, casi al final, todos se reúnen después de haber cenado/comido y quebrado la piñata (y la cabeza de alguien que se atravesó frente al que estaba vendado de los ojos porque iba a pegarle a la piñata).

   Todos ya satisfechos de comer, beber y divertidos por la piñata, se reúnen en la mesa y el cumpleañero/a van abriendo uno a uno los regalos, mientras los demás gritan: ¡que se lo ponga! ¡Que lo prenda, que lo enseñe! Esto en las fiestas de adultos, a veces se hace, pero no siempre, lo más acostumbrado es que los regalos se abren cuando todos se han ido y ya después se le dirá a la persona lo mucho que te gustó el regalo (aunque haya sido una total porquería).
   Y a veces, entre algunos, los regalos que no les gustan quedan guardados con todo y el empaque, como lo recibieron y al tiempo, lo llevan de regalo a otra persona... Y lo digo en serio porque un amigo recibió de regalo meses después unas estatuillas que le había dado a un primo. Luego se enteró que las benditas habían estado rolando entre las manos de los amigos porque francamente (así dijo alguien que las había tenido por sus manos en regalo) eran MUY FEAS.
 -Pero es una falta de respeto a su regalo, ellos sentirán que no me importó su regalo, aunque me fascine.- Respondió sorprendido mi marido. Emmm, visto desde ese punto de vista... puede que si tenga razón.
-Pero prácticamente sabes qué es lo que te van a regalar! Si ya te preguntaron lo que querías por regalo! - Ambos jaloneábamos el regalo mientras dábamos nuestro argumento.
- Así se acostumbra aquí- 
- Ohhh que la canción!!!!- Y con ese argumento, solté el regalo y dejé que mi marido abriera su regalo, no sin refunfuñar al respecto. Al rato, una amiga mexicana me dijo:
- Pues si, así lo acostumbran. Tampoco me parece correcto, pero qué decir? no?

Ya quisiera que estuviera así mi mariado... Digo, ¡marido!
   Un par de horas después llegó una de mis amigas, que después de los besos y abrazo correspondientes, en vez de regalo, le puso un billete en la bolsa de la camisa a mi marido. Por lo que yo me pregunté si de algún lado iba a aparecer el tubo y mi marido iba a comenzar el steap-tease frente a ella o simplemente se iba a inclinar para que ella le diera un par de nalgadas. Digo, me sentí en el antro teibolero, donde mi marido era la estrella... emmm.

El resto de la reunión transcurrió bastante bien, con la latinada (mis amigas y yo) por un lado armando tremendo relajo, mientras que por el otro estaban sentados bien propios los holandeses. A la mitad, aquellos  invitados que podían pasar de una conversación en español a otra en holandés. La mayoría de mis amigas pueden hablar holandés perfectamente, pero como pocas son las ocasiones en las cuales podemos hablar en nuestra lengua materna, A darle, que es mole de olla!
   Además, yo soy el terror de los maridos holandeses, porque como hablo tan rápido como la gente de mi rancho, pues no me entienden, menos con mis modismos y frases tan típicas de mi tierra.

   Cuando llegó la hora en que los invitados se fueran, me asaltó la duda... 
-Si comen el pastel al inicio de la reunión... ¿Cuándo le cantan las mañanitas (feliz cumpleaños) al festejado acá en Holanda?
-No se acostumbra cantarle en la fiesta, normalmente la cantada es entre compañeros de clases o trabajo, cuando éste lleva el pastel.
¿¿Qué estará deseando de regalo????
   Ahora que la pienso, normalmente en mi salón de clases, si alguien cumplía años o celebra algo, era él o ella quien llevaban el pastel, los platitos, tenedores ya hasta el refresco, no los demás; mientras que el resto regala, por lo general, un ramo de flores.
- ¡Ah pues que aguados!!!
   Primero porque cómo es eso que TU eres el cumpleañero y eres TU quien tiene que llevar el pastel a los colegas del trabajo o escuela. Pues nada, si quieres celebrar, TU llevas las fiesta o te quedas chupándote un dedo y sin quién se acuerde de tu fiesta.
   Luego, ¿quien no goza con Marco Antonio Solís (¡esa va por mi mamá!), Pedro Infante, Topo Gigo, Cepillín o ya de perdida Tatiana cantando "Las mañanitas", mientras los que están en la reunión desentonan al llegar a la parte de "...que cantaba el rey David..." por haber elegido un tono demasiado alto, sin mencionar que ya llevan varias cucharadas de más de alcohol?
Y al final el brindis:
-¡¡¡Por el quinceañero/a!!!!. - Sin importar que el cumpleañero esté celebrando 50 años o más. Luego se escuchará el grito de:
-¡¡¡Chupando que es gerundio!!!! (ayyy que finura!). -Y la fiesta seguiría hasta altas horas de la madrugada.
 Y pues por una cosa o la otra -¡SALUD!

2 comentarios:

Unknown dijo...

Hahaha! me encantó!

Unknown dijo...

Me encantó!!!!