martes, 9 de abril de 2013

La odisea de ir al super...

   Años atrás, un novio alemán hizo bien a mostrarme que, si quieres conocer la cultura de un pueblo, debes ir NO a los museos (ok, dí debes ir, son bonitos y a veces IMPONENTES, como el Museo nacional de Antropología en la Ciudad de México). No, no, no, allí ves historia, pero si quieres convertirte en una especie de sociólogo (dígase del estudioso de la sociedad), debes de ir definitivamente al superpercado.

 Ok, no se trata de ir a UN supermercado, sino a diferentes. Porque cada super tiene su propio nivel socio-económico. Dígase que va gente de un determinado nivel económico y muchas veces de una zona específica de la ciudad, porque se va al super más cercano, a menos que sean como mi madre (Y yo de loca que apoyaba sus ocurrencias), que cada sábado o domingo hacíamos la visita de las 7 casas. Es decir, que no agarrábamos el carro e íbamos, al menos a 3 supermercados (Walmart, Ley y Soriana), pero a veces  hasta más (Aurrerá y hasta el MZ). En la procesión, el otro secuaz era mi sobrino que estaba chiquito en ese entonces (ahora parece una garrocha). Convirtiéndonos en la Banda 30-30... ¿Por qué 30-30? Porque mi madre es 30 años más grande que yo y mi sobrino es 30 más joven que yo... Así, nos convertimos en secuaces.
   Mi madre era la cabecilla (banca por las canas, pero bueno), ella era la encargada de decir qué era más barato y de mejor calidad, Yo me apañaba los lujos y cositas extra que el presupuesto de mi madre no daba (además, pagaba la comida, como hamburguesas, tacos, etc, que comíamos durante ese día). ¿Y mi sobrino? Ahhh, ese se dormía en el carrito, usando el papel de baño como almohada y las toallas como colchón, así iba hasta que se despertaba para la comida o para transearme algún juguete que le gustara, cosas baratas, porque el amor, dígase mejor el dinero, no daba para mucho (eso pasa cuando se es pobresora).
Típico supermercado en fin de semana.
   En los supermercados, como dije anteriormente, puedes apreciar las clases sociales, los comportamientos y hasta las mañas de consumo. Cosa que yo apreciaba mucho al dar clases de publicidad... También te libera del calor infernal que a veces hay en mi rancho (para quien no haya leído más de 30 veces mi explicación: Más de 40° a la sombra). ¿El problema???? Que al resto de la población de mi rancho se les ocurría la misma idea, así que eso terminaba siendo el mar de gente. Pero al final la ida al super es... multifuncional.
   ¿Pero qué pasa cuando se llega a Holanda???? Ahhhh, recuerden el dicho: Al país que fueres, haz lo que vieres... Ayyyyy lo que vieres.
-¿No hay leche, quieres ir al super?
-¿Sólo por leche? ¿Por que no vas al abarrote de la esquina?
-¿¿Al que????
   ¡¡¡Uyyy!!!, venir a darme cuenta que los abarrotes de la esquina NO existen y los OXXO. Dígase minisupermercados, donde encuentras desde los pañales de emergencia (emergencia porque los precios son BASTANTE elevados), hasta celulares, maquillaje y las CERVEZAS!!!!!! Ohhh sí, ¿¿¿¿¿Qué es de un OXXO sin cervezas???? Sencillo: Una playa sin mar (créanme que he visto "playas" en Alemania y es... bueno, FEO).
   Y la posibilidad de que alguno de los vecinos abra la ventana y desde allí comience a vender refrescos, luego azúcar, huevo, cigarros y hasta pañales como en el OXXO, es, debo decir NULA. ¿Por qué? Porque aquí las regulaciones son más fieras que muchacha en segundo día de dieta (cuando el hambre está en su peor momento). Además, los vecinos! Ayyy chulada de maiz pinto (lindura de personas), que no te dejarán hacerlo, siendo tan tiernos de llamar a la policía, los bomberos y hasta el escuadrón ANTI-TERRORISTA o al Interpol si tienes la osadía de cambiar algo de forma en que NO les agrade (dígase lo acostumbrado) .
-¿Entonces NO abarrotes?- Me negaba a pensar que DEBÍA ir al super SÓLO por un mugriento litro de leche.
- No- Creo ahora, que le llamaba mucho la atención cómo mi lógica se estaba acomodando al nuevo entorno.
-Ok, ¿con el carro?-
-No mujer, si está a la vuelta
    No, no nací en carro, pero yo estoy acostumbrada a que los supermercados estén LEJOS, a veces había que transbordar autobuses y toda la cosa, haciendo la aventura más interesante (para quien no entienda el porqué, favor de revisar el post de Esquina bajan!).

   Entonces tomé mi saco y me dirigí a la puerta
-Ok, vamos- Esa era mi oportunidad de hacer mi estudio sociológico y conocer las costumbres holandesas.
- Nooo Mujer, espérate, que hay que llevar las bolsas.
-¿Las que???? -Simplemente no me lo creía- Si vamos a comprar, no a vender- Otra vez, trataba de usar MI lógica y no la del país.
- Por eso- Después, mi marido me explicó que acá los supermercados NO dan bolsas de compra, ni siquiera las de papelito. NADA. Si quieres bolsas, hay DOS opciones:
1.- Las llevas de tu propia casita.
2.- PAGAS las bolsas que quieras tomar en el supermercado.
-¿¿¿¿En serio?????- Comprendan que si hay algo que sobra en Sinaloa son bolsas de plástico, MUCHAS bolsas de plásticas (a veces demasiadas). En el supermercado llegas a ver con ojos de pistola si te empaquetan las cosas en UNA sólo bolsa. NO, debe ser DOBLE, si no, no habrá propina para el chamaco empacador. LUEGO, ya en casa, le refrescarás al menos 5 generaciones para arriba (dígase que le vas a mentar la madre, su abuela, su bisabuela etc, etc, etc), porque el desgraciado puso los tomates, la mantequilla y los huevos abajo de las latas o artículos pesados, cuando te descuidaste al revisar que la cajera NO te robe (marcando doble el mismo producto o NO haciendo el descuento).
Contaminación por bolsas del supermercado
   En mi rancho se dan tantas bolsas, que éstas terminan convirtiéndose en las bolas de cardos de las películas del oeste.... Arrastradas por el viento hasta la puerta de TU casa (y lo peor es que la desgraciada se aperra a regresar si intentas rechazarla). Ahora bien, TAMBIÉN pides tantas bolsas, porque parece que las bolsas de plástico del supermercados fueron diseñadas para Misión Imposible:
   "Esta bolsa se autodestruirá en 5 segundos"... o hasta que estés a punto de meter la compra en la cajuela del auto(UN segundo ANTES de que puedas cantar victoria), para que hagas el regadero de cosas en el estacionamiento del super (o de tu casa, si llega a sobrevivir más tiempo).
   Según me explico el mariado (digo, marido), precisamente, para evitar TANTA contaminación, se dejó de regalar las bolsas, aunque también he escuchado que es para no tener que aumentar el precio de los productos (cargando el precio de las bolsas).
   Así, las bolsas se vuelven algo preciado, si te encuentras un sitio que SI las regale, a veces hasta te apañas una o dos más. Las guardas con mucho cuidado para que duren varias paseadas al supermercado... O de plano, te compras tu bolsita de compras (hecha de tela resistente) o tu carrito de compras.
- Ok, vámonos!- O como dicen en mi rancho: ¡¡¡ARRE LULÚ!!!
-Noooo, espérate mujer! Las botellas.
-¿Qué con ellas?- Digo, éstos es como tratar de salir con una adolescente... TODO lo deja para el último minuto: maquillaje, joyas, perfume... TODO (pero ya estaba lista la desgraciada).
-Hay que llevarlas de regreso por el depósito.
   Yo no vi ningún envase de refresco como los de mi rancho: de plástico más grueso y duro, sino puro envase desechable...
-Noo, no hay- Uyyy ya me estaba sintiendo tan integrada! - Por cierto hay que tirar estas botellas a la basura- Y ya iba yo abriendo el bote de la basura cuando mi marido me detuvo.
- ALBA! ¡Esas son las botellas que debemos regresar!-
- Achis Piachis! ¿¿¿ESTAS???- Y si, ÉSAS. Resulta que igualmente, pusieron un control a las botellas desechables, pagando un importe por CASI todas las botellas de plástico (en Alemania es a TODAS). Pagándose 10 centavos de euro por cada envase.
-También llevaremos las botellas de vidrio que hay que poner en la basura.
   Luego me enteré que hay sitios especiales donde depositas la botella de vidrio desechable según su color: Blanco, verde o café, ya que no DEBES tirarlo en la basura cotidiana... RECICLAJE... Mucho reciclaje.
   Al final, allí íbamos los dos con tremendas bolsas en las bicicletas (y si, la ida al super TAMBIÉN se hace en hace en bicicleta), cargado hasta las manitas de forma que apenas puedes mover los pies, por lo que si se te atraviesa un cristiano (o musulmán), te lo llevas de corbata por no poder maniobrar. Mientras que de regreso, íbamos con 2 mugrientos envases tetrapack de leche.
   Primero pasamos a  desechar los envases de vidrio sin importe y después seguimos con el resto de los paquetes a la tienda.
   Cuando llegamos al supermercado, me puse a ver a los lados buscando el área de atención al cliente... No, no la vi. Luego busqué cuando menos paquetería para dejar los envases y las bolsas... NADA.
- No vienes?- Mi marido volteó a verme ya que yo simplemente me quedé parada en el pasillo de la entrada.
- ¿Y donde dejamos las bolsas y los envases?
-No los dejamos, entramos con ellos y adentro haces el canje de las botellas.
   En serio? Digo, en mi tierra, a la entrada casi-casi te hacen cateada a ver si no entras con algo prohibido , aunque la verdad me pregunto por qué, digo, que debería ser al revés, digo, cuando te vas, porque no conozco a nadie que en vez de robar ande dejando cosas en el super, o ustedes han visto a alguien dejando productos para "sabotear" las finanzas de la tienda? Nop, pues nada.
   Veo que mi marido saca una moneda y lo pone en una ranura del carrito para que se pueda soltar el carrito... Esa no fue novedad para mi, porque ya me había tocado ese sistema de préstamo (pones la moneda para que tomes el carrito y a la salida te regresan la moneda al poner de regreso la cadena). Lo que SÍ fue novedad es cuando salió el carrito y yo me puse luego, luego a querer manejarlo... (el carrito, no mi marido).
-Ayyyy está descompuesto!!!- Atiné a decir eso cuando el carrito comenzó a caminar de lado, no de frente como estaba acostumbrada.
   En mi rancho, los carritos del supermercado constan de 2 ruedas que sólo pueden moverse hacia delante o atrás y dos más (las llantas delanteras del carrito) con las que se puede voltear a los lados, cual carro normal (digo, por algo le llamamos CARRITO, no?). Nooo, este desgraciado parecía que tenía decisión propia: Tan de pronto se le ocurría ir a la derecha, como luego a la izquierda, por lo que para avanzar a veces iba más bien en diagonal, mientras que las vueltas era peor, . Allí mi marido tomó el carrito y el desgraciado (el carrito, no mi marido), parecía estar confabulando en contra mía, ya que luego, luego se fue derechito.
   Recuerdo que en mi tierra a veces debes revisar el carrito que vas a llevar dentro del super, porque puede tocarte los carritos políticos: O agarran siempre para la derecha o los que por el contrario, tienden irse solo a la izquierda. Existen también los mambo-carritos  (recordando el mambo-taxi de almodovar en "Mujeres al borde de un ataque de Nervios"). Para quien no haya "disfrutado" los mambo-carritos, son esos cuyas llantitas delanteras van bamboleándose TODO el tiempo, por lo que parece que vas bailando:
¡Mambo, que rico el Mambo, Mambo, que rico es...!!! Y ya te zangoloteas con el bendito carrito del supermercado para un lado y luego te zangoloteas para el otro, ya sólo gritar cual Perez Prado, al llegar a la caja para pagar. ¡¡¡¡MAMBOOOOO UUUUUHHHH!!!
   No, éste carrito sólo iba raro cuando YO lo llevaba, pero en cuanto lo agarro mi marido, se fue derechito, derechito. Canallas! ¡Seguro que eso fue un complot!
   Junto a la entrada estaban unos escáneres portátiles, los cuales vi con curiosidad...
-Y estos?
-Ahhh, algunas tiendas tienen el servicio de auto-escaneado de los que compras. Antes de ponerlo en la canasta o carrito, lo escaneas como si fuera la caja y al final, sólo regresas el escáner y pagas la cantidad que indica.
-Ahhhhh y así nomás? ¿Que pasa si no escaneas algo? Digo, ni que te fueran a bolsear a ver qué llevas... ¿o si?
-Pues a veces pueden llegar a revisar si concuerda lo escaneado con los artículos que llevas. No siempre lo hacen, pero como no sabes cuándo va a ser, pues mejor no se le arriesga.
-Mira tu, ¡que modernidad tan moderna!- Y como el juguetito parecía pistolita sacada de Viaje a las estrellas, ya me estaba apañando una cuando mi marido nada más sacudió la cabeza. Como nosotros no estamos registrados... NO, no pude usar el juguetito, mmmmmm. ¡GACHOS! Yo que quería jugar al Mr. Spock! PIUSHHHH, PIUSHHHH!!!! Pues no. Nada.

   Al fondo de la tienda estaba una especie de cajero automático con un túnel... Allí había que ir metiendo botella por botella de regreso. Ya que entraban, se oía como al máquina estruja las botellas del otro lado y en la pantalla se va llevando un conteo de las botellas que metes... Al final, pinchas en un botón verde y pin! sale un ticket, como si hubieras comprado algo. Ohhhhhh! ¡¡¡Cuánta tecnología!!!

   Ya terminado con el proceso de las botellas, mi marido se voltea y me dice:
- ¿Quieres una taza de café?
- Claro, digo, para eso llevamos la leche, ¿que no? Para ponerle al café
- Quiero decir que si gustas tomar una taza de café AHORA
   ¿¿¿Ahora??? ¿Que había fumado o bebido mi marido? Ni idea, pero en ese momento le iba a decir que por NINGÚN motivo yo iba a abrir o robar NADA del supermercado. Y ya me estaba enchilando de que INTENTARA sugerirlo cuando me señala una máquina de café. Con vasitos, cucharitas, azúcar, creamer y hasta bolsitas de té. ¿¿¿¿¿EN SERIO???
-Si, el café o té en algunos supermercados es gratuito y si gustas podemos sentarnos en la banquita que está a su salo.
-¡¡¡¡PA' SU MECHA!!! ¿¿¿En serio????- Ok, yo ya parecía disco rayado, pero pues no atinaba a decir otra cosa.
- En serio. Digo, es una forma de atenderte, que algunos supermercados ofrecen, además que algunos lo usan para promocionar su marca propia de café. Tostado y molido por la misma empresa. En algunas tiendas hasta ponen mesa y pedazos de pastel o pan para que acompañes el café.
- No pues vaya que me han sorprendido.
   En México sí te dan a probar productos como salchichonería, fruta, pan y a veces botanas, una vez, hasta estaban ofreciendo Licor de café con leche y la chica hasta dijo que NO, éso no emborrachaba (ayyyy Dios! La cruda que YO he pasado años atrás bien la desmentirían). Pero cafecito y galletitas? No pues no. Eso si me agradó y me senté a mis anchas mientras observaba pasar gente con sus carritos o canastas... OIGA, pero si es gratis ¿No va a tomar? Nop, ni siquiera voltean a verlo... Pues más para mi!

   Saben qué si extrañé de mi tierra? Que los supermercados tienen de TODO y cuando digo de todo, quiero decir TODO. Ok, hay los supermercados pequeñitos que básicamente tienen carnes, frutas y verduras, huevos y productos de limpieza personal y de la casa. Pero inclusive los supermercados de rancho tienen MAS productos. Dígase que encuentras maquillaje, ropa, joyería, juguetes, digo, hasta muebles, llantas y REFACCIONES PARA CARRO!!! Digo, en el super y cremería "La Cuarta" (famosa por sus comerciales malísimos) de mi rancho, ¡venden hasta cuerda para lazar caballos! Pero ¿Acá? NOOOOOOO.
   Ok, a veces una cosita u otra, pero eso como ¡extra wow!, no como departamentos COMPLETOS y surtidos. Recuerdo que cuando fui a visitar a mi hermano en España, vi que ellos hacían la diferencia entre supermercado e HIPERmercado. Pues si, lo que nosotros tenemos en mi tierra son hipermercados, por lo que olvídense que van a encontrar hasta quién les aplique el tinte, venda una cámara fotográfica o les tramite la tarjeta de crédito. NADA (uuyyy pues qué aburridos).

   Luego de hacer lo de los envases, fuimos por la leche y de allí a la caja.... Allí, la cajera pasó la leche y luego mi marido le dio el ticket que nos habían dado por las botellas. De pronto veo que la cajera abre la caja y LE DA DINERO A MI MARIDO!!!
   ¡¡¡¡Casi me da el supiritaco (patatús o tremendo susto)!!!! Digo, a lo mejor y mi marido era un ladrón que puso en el papelito: Esto es un asalto, ¡Entrégame todo tu dinero!
   Yo estaba indecisa entre salir corriendo para que no me fueran a agarrar los policías o de plano aventarme a detener a mi marido. Al final sólo me le quedé mirando porque pensé: Si me le aviento encima, con lo flaquito que está, ¡me lo voy a descuajaringar! (desarmar cual Lego que se cae). ¿¿¿Y luego qué cuentas doy en la familia cuando lo vean enyesado hasta las narices??? Además, soy malísima para correr, por lo que los policías en vez de ir detrás mío, muy probablemente soltarían las carcajadas al ver que corro como gallina con las patas amarradas. Nop, iba a afrontar el robo de mi marido ¡lo más estoicamente posible! Es decir: apuntar hacia él en cuanto viera la policía y diría: -¡Fue él! ¡Yo lo ví!
   Pero la chica sólo entregó unas monedas y le sonrió muy mona a mi marido. Mmmmm, ¡¡¡Éste es un caso para la araña!!! Vas a super, compras algo y en vez de pagar ¿¿¿¿TE DAN DINERO???? ¡Achis Piachis!
- No mujer, pagué con el importe de las botellas y sobró un poco, por eso me dio la diferencia.
-Ahhh no, pues así sí me gusta ir al super.
-¿Qué pasa? ¿A qué esperas?
-Pues el chico que empaca las cosas
- ¿Cual chico? Aquí nadie te empaca nada, tu debes hacerlo.
- ¿En serio?
   Y si, en serio, debes hacerlo tu mismo y más vale que lo hagas rápido, porque si no, los que siguen en la fila te van a ver con cara de que eres un estorbo, ya que la cajera va a esperar a que termines... Ahora entendía por qué mi suegra casi ataca al empacador del supermercado en México, cuando el pobre chamaco comenzó a tomar las cosas para meterlas en las bolsas...

   Busqué a los alrededores y como dijo mi marido, NO bolsas, en algunos casos, llegan a poner las cajas vacías de los productos bajo la mesa de empaquetado, por si olvidaste las bolsas (siiii, más de uno es tan despistado como yo). Pero otras veces te tienes que ir a casa haciendo malabares.
   A veces, si tienes suerte, hay flores en un cubo con agua que REGALAN, si, como leyeron REGALAN cosas en el super, ya que las flores ya no están TAN frescas como para que la gente las compre (uyyy en mi rancho luego te quieren vender el palo todo seco y triste de la rosa, aún cuando ya la flor se secó días atrás!).
   Otra vez, después del día de Sinterklaas, nos tocó ver en unos contenedores llenos de cajas con letras de chocolate... Y la palabra favorita de los Holandeses: GRATIS. Si, como leen, el supermercado REGALABA las letras de chocolate que no se vendieron para el 5 de diciembre. Así que ni lentos, ni perezosos, tomamos nuestra letrita y nos fuimos sonriendo a casa cual si fuera otra vez Sinterklaas. Se supone que cada cliente puede (y debe) tomar UNA letra de chocolate (blanco, con leche o chocolate puro), pero ya he sabido de más de uno que toma dos o tres y regresa al rato para llevarse otros tantos (Muy a lo que seguramente pasaría en México si regalaban chocolate).

   -¡¡¡Kawabonga!!!!! Vaya que me dejaron con los ojitos de chícharo en el supermercado!!!

1 comentario:

Anónimo dijo...

:D Me gusta tu blog...se lo envío a mi familia para que sepan todo lo que, como tú, he tenido que aprender en estas bajas tierras. Saludos!